Vol. 9, Núm. 1 / abril –
septiembre 2017 / ISSN 2007-1094
La comunicación y la colaboración vistas a través
de la experiencia en un MOOC
Communication and collaboration
through a MOOC experience
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Universidad Pedagógica Nacional, México
RESUMEN
En
este texto reflexionamos sobre la comunicación y la colaboración como dos
aspectos centrales en el diseño de los ambientes virtuales de aprendizaje; en
buena parte de los cursos que se ofrecen, el diseño instruccional no se enfoca
hacia la construcción de comunidades de aprendizaje, sino a la elaboración de
una serie de actividades académicas que mantienen un esquema de control por
parte del docente a través de la moderación de los foros y las instrucciones,
que deja poco margen de autonomía y autogestión entre los alumnos. Llevamos a
cabo una revisión del curso masivo abierto en línea (MOOC) Tecnologías de Información
y Comunicación en la Educación, impartido en la plataforma Coursera. La
metodología de trabajo se basó en la revisión de los principales conceptos
abordados y el análisis de cuatro aspectos del curso: los hilos de discusión de
los foros; la gestión de los alumnos en comunidades de aprendizaje; la participación
en varios canales de comunicación; y los resultados del curso. Esto permitió obtener
resultados importantes sobre la idea de viabilidad de estos cursos; uno de
ellos fue que la comunicación entre comunidades de aprendizaje y los grados de
autonomía para realizar actividades colaborativas entre cientos de
participantes, que generen productos colaborativos elaborados de manera voluntaria,
se fundamenta en la motivación por compartir un lenguaje e incentivos similares.
Palabras clave
Aprendizaje
en línea, trabajo colaborativo, educación en línea, comunidades de aprendizaje,
wiki, ambientes virtuales de aprendizaje, MOOC, foros de discusión.
ABSTRACT
The following text presents an analysis of communication and
collaboration as two central aspects in the design of virtual learning
environments, noticing that in many offered courses the design does not
necessarily focus on creating learning communities, but to develop a series of
learning activities that basically maintain a control scheme by teaching
through moderation and instructions, which leaves little margin for autonomy
and self-management among students. To this end, has been analyzed the MOOC
Information and Communication Technologies in Education in the Coursera platform.
The working methodology was based on the review of the main concepts
(communication and collaboration) discussed in relation to the AVA, the main
topics of discussion forums, management students in learning communities,
participation in various communication channels, results of course approval. These
results demonstrated that communication and collaboration is possible in MOOCs,
and how autonomy and motivation is substantial for collaborative efforts among
hundreds of participants. The study confirmed that collaborative products can
be made voluntarily, if participants have a common language and similar
incentives.
Keywords
e-learning, teamwork, collaboration, communication, online courses,
virtual learning environments, community of learning, wiki, MOOC, online
discussions.
INTRODUCCIÓN
La comunicación y el trabajo
colaborativo son dos de los principales elementos que componen los ambientes
virtuales de aprendizaje (AVA). La mayoría de los cursos mediados por
tecnologías ofrecen una serie de actividades de aprendizaje, como foros o
documentos colaborativos, cuya intención es lograr un producto final sin que
medie la construcción de una comunidad de aprendizaje que perdure ni se
promuevan objetivos propios, axiológicos o metacognitivos. Así, observamos dos
grandes grupos de cursos: aquellos que desde el diseño promueven el
constructivismo, el aprendizaje autónomo y la autogestión para fortalecer a los
participantes y crear comunidades de aprendizaje, y aquellos que siguen
teniendo un grado muy alto de intervención docente que se observa en el exceso
de instrucciones, materiales ya programados o la moderación e intervención de los profesores centrada
en la transmisión de información que será evaluada, todo lo cual limita la
posibilidad del surgimiento de trabajo colaborativo
.
Este texto retoma el debate entre
comunicación y colaboración, así como las condiciones que posibilitan la
autogestión de los alumnos respecto a su avance en un curso, la decisión de sus
espacios de trabajo y, como resultado, la conformación de comunidades virtuales
de aprendizaje. Estos elementos fueron analizados en los resultados del curso MOOC
(massive open online courses) que se ofreció
en Coursera: Tecnologías de Información y Comunicación en la Educación, con dos
emisiones en 2013 y 2014, al cual se inscribieron alrededor de veintidós mil
personas, y más de trece mil permanecieron activas a lo largo de este.
El objetivo del texto es reflexionar
sobre la necesidad de que los cursos en ambientes virtuales sean masivos o con
una matrícula controlada; deben partir de la integración de los participantes;
alentar la autogestión y autonomía; y ayudar a que la formación de una
comunidad de aprendizaje evolucione a una de conocimiento. Lo anterior
permitirá que el diseño instruccional de los cursos en AVA guarde proporción
entre las actividades de enseñanza y las de aprendizaje porque se busca que las
personas voluntariamente y por una motivación propia quieran ser parte de este
engranaje. En este sentido, la premisa es que la comunicación antecede a la
colaboración y, por lo tanto, es la base para la construcción de redes y
comunidades de aprendizaje.
EL DEBATE ENTRE COLABORACIÓN Y
COMUNICACIÓN EN LOS AMBIENTES VIRTUALES
Si bien el progresivo aumento e
integración de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
(TIC), principalmente la Web 2.0, orientadas a la comunicación y la
colaboración, puede ser visto como un enorme avance en cuanto a posibilidades
educativas, también lleva a preguntarnos cómo se puede valorar el grado de
comunicación más allá de la transmisión de mensajes por estas vías y qué
niveles de colaboración enfocada en el aprendizaje se logran. En este sentido,
los ambientes virtuales parten, por lo general, del supuesto de un diseño instruccional
que asegure que habrá comunicación entre todos los agentes involucrados, al mismo
tiempo que los estudiantes estarán dispuestos a “colaborar” con otros a fin de
obtener la meta conjunta propuesta en una actividad y, por ende, la
construcción de una comunidad.
Una práctica cotidiana que encontramos
en la mayoría de los cursos en ambientes virtuales es la programación de foros –obligatorios
o no– con base en el supuesto de que este espacio, por sí mismo, generará
comunidad sin importar si se plantea un objetivo de aprendizaje o de
comunicación, o no. Este nivel de interacción, sin embargo, requiere, por una
parte, que los participantes cuenten con ciertas competencias de lectoescritura
y, por otra, que estén dispuestos a intervenir más allá de añadir un mensaje o
comentario aislado:
El foro como espacio de interacción
virtual asincrónico deja en manos de los estudiantes la responsabilidad y
posibilidad de planear, organizar y de estructurar una idea, un discurso o un
argumento. Requiere además de una permanente interacción entre los alumnos y el
tutor, lo que implica leer los aportes realizados por los otros participantes,
analizarlos, comprenderlos y discutirlos. Por lo que una de las condiciones es
contar con un discurso escrito de forma explícita y clara dirigida a las
personas con las que se va a interactuar (Ruiz, Martínez, Galindo y Galindo,
2015, p. 58).
Si bien el equipo docente que organiza
un curso tiene una clara intención educativa de usar los foros, habría que preguntarse
en qué medida se logra esto; es decir, si los mensajes de los estudiantes,
incluyendo la participación del o los moderadores, se constituyen como actos comunicativos o si se trata únicamente de un
flujo unidireccional de transmisiones. García-Cabrero y Pineda (2010) señalan
que las interacciones
grupales son complejas y no conducen de manera automática a la colaboración y
al entendimiento conjunto. Aunque el docente, en la mayor parte de los
foros programados, establece criterios mínimos de “participación”, estos no son
determinados en forma conjunta por los participantes y, en pocos casos,
consideran en términos de logística su preparación e implementación.
Más allá de que se
puedan construir instrumentos que guíen las participaciones como rúbricas o
listas de cotejo, la evaluación de los mensajes en los foros sigue siendo un
lugar pantanoso para el profesor a la hora de evaluar, y se convierte en una
actividad que, desde el punto de vista de la evaluación, es sumamente
subjetiva. Existen criterios formales indispensables para la comprensión de
cualquier aportación, como puede ser la claridad, la ortografía y la sintaxis.
No obstante, el mayor reto se centra en aquellas participaciones que son parte
de una serie de actividades de aprendizaje que pueden recibir, o no, una
calificación por parte del docente. Entonces cabría preguntarse y valorar cómo
se da el proceso comunicativo, en especial porque el alumno, así como el
profesor, necesita considerar qué desea alcanzar con determinado foro, si hay
un número de palabras o de réplicas, si se va a valorar la extensión o el
pensamiento preciso y conciso, el grado de involucramiento –basta con una o dos
aportaciones o hay que mantenerse activo–, o bien, durante cuánto tiempo se
requiere hacer aportaciones.
En este aspecto no se puede dejar pasar
de largo que la “participación en los foros” varias veces es pensada como una
actividad de aprendizaje y otras, como un canal de comunicación. Es común suponer
que estos espacios reproducen una dinámica de trabajo como la que sucede en el
aula presencial, tanto por las discusiones entre los participantes como por la
oportunidad de interactuar con los docentes. El principal problema es que los
foros no pueden ser considerados como un símil del salón de clases; tienen
características y dinámicas propias y es evidente que su regulación –que no
moderación– implica que la comunicación pueda ser evaluada académicamente, lo
cual es complicado y complejo. Es el ambiente en su conjunto lo que constituye
el espacio de enseñanza-aprendizaje.
Vistos de este modo, los foros de
discusión no crean de modo necesario conocimiento o comunidad; en especial
cuando se trata de una actividad que es imprescindible realizar para tener una
calificación y que no precisamente implique que, en un sentido académico, el
alumno colabore con sus compañeros y, por ende, se forme una comunidad de
conocimiento con productos de calidad. La literatura sobre las ventajas y
experiencias relacionadas con los foros educativos son amplias y variadas y no
pretendemos ahondar en ello. No obstante, el centro de la discusión se
encuentra en la propia actividad (su conceptualización, diseño y ejecución) y
no en evaluar la comunicación por sí misma.
Las actividades colaborativas diseñadas
por los docentes deben ser vistas como un trabajo conjunto en el cual se
comparten valores, como la confianza, el mutuo conocimiento y reconocimiento,
el respeto, la percepción, entre otros; todos ellos derivados de una
comunicación lo suficientemente explorada como para que se creen lazos de
trabajo sólidos (Frasquet, Calderón y Cervera, 2012). En el fondo, la
evaluación quizá debería situarse en el aspecto de la construcción de
relaciones y cómo se forma una comunidad de aprendizaje y, por ende, de
conocimiento, más que en una actividad de transmisión de información.
Una simple mirada a los diferentes
cursos ofrecidos en los ambientes educativos permite identificar que se ha
tenido al constructivismo como enfoque y modelo con base en el cual se diseñan
las propuestas de enseñanza, aprendizaje, evaluación e interacción. Si bien en
un espacio mediado por tecnologías se ha podido desarrollar la visión que
coloca al estudiante como el centro del proceso a la vez que retoma las
experiencias y los conocimientos significativos, habría que preguntarse si, de
algún modo, no se sigue reproduciendo el mismo esquema de la educación tradicional
al acomodar los componentes y los involucrados de otra forma.
Si el trabajo colaborativo busca crear
comunidades de aprendizaje y conocimiento, ¿por qué el diseño instruccional,
pedagógico y didáctico no se enfoca a sentar las bases para procurar el aprendizaje
autónomo y, a la par, fortalecer el papel de la comunicación para alcanzar la
colaboración en las comunidades de aprendizaje? Ese voto de confianza en la
autogestión de los alumnos que aún no se alcanza a dar y fomentar en los
ambientes virtuales es, probablemente, lo que genera que la comunicación y la
colaboración se vean aún tan mediadas no ya por las TIC, sino por los docentes
que se consideran a sí mismos como un agente que, desde otra trinchera,
necesita mantener cierto grado de control.
Por otra parte, el trabajo colaborativo
es otro de los aspectos que los docentes buscan promover de manera recurrente en
los diferentes ambientes virtuales para probar que las personas pueden trabajar
entre ellas a distancia, sin tener que encontrarse físicamente, y crear
productos concretos e interesantes siempre y cuando se les den las pautas o
instrucciones mínimas de realización. Esta situación supone, al igual que en los
foros, que los alumnos cooperarán por voluntad propia y que existe detrás un
estímulo evaluativo del otro por aprender. Lo que suele olvidarse es que este
nivel de organización no aparece de la noche a la mañana y, con la idea de
fomentar la colaboración, el objetivo no debiera ser la realización de una
actividad de aprendizaje, sino el desarrollo de una comunidad de conocimiento que
persiga objetivos metacognitivos, axiomáticos, y comparta inquietudes que, en
principio, los estimulen de modo que colaboren.
En los AVA, donde priva el principio de
la asincronía y el uso de nuevas tecnologías, la comunicación antecede a la
colaboración, después de todo “... si es cierto que las nuevas tecnologías
destruyen las distancias físicas, ello no significa que destruyen todas: las
distancias culturales y cognitivas siguen vigentes. De ahí que, la simple
presencia de las TIC no garantiza que se puedan hacer acciones colaborativas de
interés” (Cabero y Llorente, 2007). En un sentido amplio del término, este
supuesto debería estar por encima de las consignas académicas para
transformarse paulatinamente en una comunidad de aprendizaje y conocimiento
sobre la base de un mutuo conocimiento y confianza. Por esta razón, podemos
estar de acuerdo con Cabero y Llorente (2010) cuando señalan lo siguiente sobre
una comunidad virtual (CV):
Lo fundamental de una CV no es que
están en la red sino que forman parte de ella personas, y por lo tanto, serán
exitosas en la medida en que las personas que la conforman estén unidas para la
realización de tareas conjuntas; es decir, si persiguen intereses comunes. No
debemos olvidarnos que al hablar de CV nos estamos refiriendo directamente a
aspectos de sociabilidad e interacción social entre sus participantes, no al
aislamiento sino a la colaboración (p. 4).
Así pues, para
que la comunicación y el trabajo colaborativo tengan cabida en los ambientes
virtuales y de ahí se produzcan comunidades de aprendizaje y conocimiento, se
deben sentar las bases de estas desde el diseño de los cursos, más allá de las
instrucciones que se les deba dar a los alumnos (que son absolutamente vitales)
para cada una de las actividades planteadas. Los AVA permiten generar
comunidades siempre y cuando se les brinden los elementos para que se
fortalezcan a sí mismas: “Será a través de esta interacción desde donde se
manifiestan las soluciones de los problemas y la realización de actividades
significativas” (Martínez, 2003).
Valorar el grado y el tipo de autonomía
en el aprendizaje, así como la autogestión, inevitablemente nos llevará a
modificar nuestra percepción sobre la comunicación y observar qué aspectos se
deben fortalecer al tiempo que “… la calidad del trabajo y/o producto a
realizar se incrementa cuando las personas desarrollan destrezas cooperativas
para aprender/trabajar y solucionar los problemas y las acciones en los cuales
se ven inmersas” (Cabero y Llorente, 2007, p. 6).
LOS MOOC COMO ESPACIOS DE
COMUNICACIÓN Y COLABORACIÓN
En los cursos en ambientes virtuales
existe un principio de crear grupos de alumnos que no rebasen cierto número más
allá del que puede apoyar un profesor, asesor, facilitador o un equipo de
docentes. Esta pauta considera, como se sabe, no solo la revisión y
calificación de actividades, sino, en relación con nuestro tema, la revisión, retroalimentación,
moderación y motivación de las participaciones en los foros académicos. No
obstante, esto parte de otro principio en el cual se sigue situando al docente
como aquel agente que lleva la batuta en estos espacios, con pocas
posibilidades de fortalecer la autonomía, comunicación y colaboración de los
alumnos para llevar sus propios espacios de interacción, crear sus comunidades
de aprendizaje y generar productos propios.
En este sentido, los MOOC han propiciado
diversas reacciones y opiniones en relación justamente con la comparación entre
los cursos con matrículas más o menos controladas y la “masividad” planteada
por esta modalidad, en especial porque parecería que en estos no hay
posibilidad de acercamiento entre los estudiantes dada la cantidad de gente
participante y que, por lo tanto, no cabría la colaboración.
El origen de los MOOC se encuentra en
el curso Connectivism and Connective Knowledge, puesto en marcha en 2008 por
George Siemens y Stephen Downes, cuyo objetivo central era impulsar el
aprendizaje a partir de las redes y comunidades que se generan en la Web. A ese
tipo específico de MOOC se le conoce ahora como cMOOC, porque parte de la
teoría del conectivismo e intenta propiciar el aprendizaje distribuido y una
participación activa de los alumnos para generar situaciones de corresponsabilidad
importantes para el grupo y para los mismos participantes. En ellos se forman
ambientes de aprendizaje con estructuras horizontales que contribuyen a que los
cursos se enfoquen en la pertinencia de los materiales y temas de estudio,
acordes con los intereses del grupo.
Frente a los cMOOC están los xMOOC,
cuya estructura recuerda la escuela tradicional con un profesor que enseña y un
estudiante que escucha. Entre estas dos clasificaciones están surgiendo algunas
más que cubren los matices que cada día surgen y diversifican la oferta MOOC
(Clark, 2013; Conole, 2013). Un MOOC es masivo porque pueden inscribirse a él
miles de personas y todos los materiales y la participación se realiza en línea.
Es abierto no solo porque cualquier persona puede inscribirse y los contenidos
se pueden usar, distribuir y reutilizar libremente, sino también porque los
participantes pueden tomar diversas decisiones durante el curso, de acuerdo con
sus intereses particulares:
Así, no existe un programa cerrado ni
un itinerario formativo único, sino que los docentes o moderadores del curso
proporcionan unos recursos como base a partir de los cuales los estudiantes
puedan interpretar la materia, y, al tiempo, crear o seleccionar sus propios
contenidos, compartiéndolos a través de distintos espacios de interacción
(tanto a través de foros internos, imbricados en el propio sistema de gestión
de aprendizaje, como desde blogs, wikis o espacios en redes sociales como
Facebook o Twitter, según los casos). Cada participante contribuye, de esta
forma, a definir el contenido y los materiales del curso y sus aportaciones
conforman un nodo de la red de aprendizaje que surge en torno al MOOC (Sánchez,
2013, p. 115).
Los cMOOC promueven, por lo tanto,
habilidades como la creatividad, el conocimiento tecnológico y el aprendizaje
autónomo, y lo hacen de manera transversal al objeto específico de estudio
mediante el uso de diversas tecnologías abiertas, las cuales, a su vez, se
eligen según los intereses y las necesidades personales y grupales de los
participantes para resolver o plantear problemas. Stephen Downes, citado por Jordi
Ardell, para comparar ambos, menciona: “Los cMOOC han hecho un interesante
trabajo en auto-organización y creación de comunidades de aprendizaje. Los
xMOOC han escalado el aula magna. Son enfoques muy diferentes. Su valor depende
del valor que usted vea en estas dos metas” (Ardell, 2014).
En un cMOOC se anima a los
participantes a mostrar avances de su proyecto final, intercambiar y recibir
opiniones de otros, mejorar el trabajo y decidir qué herramientas son las
ideales para desarrollarlo. Hay un objetivo final que es igual para todos, pero
la forma de lograrlo varía de manera considerable de un participante a otro,
pues depende de su elección de herramientas, medios o espacios; se convierte,
de este modo, en un aprendizaje altamente personalizado.
En 2012, la UNAM se incorporó a la
convocatoria de Coursera para
impartir cursos MOOC y ofrecer al público en general, de manera abierta y
gratuita, opciones de formación y actualización profesional. El curso
Tecnologías de la Información y la Comunicación en Educación en Coursera fue
planificado con base en un enfoque de un cMOOC, es decir, sigue el modelo
conectivista del aprendizaje que pretende favorecer la conexión entre los
participantes y animarlos a lograr el desarrollo de objetivos más allá de los
propuestos por el instructor o curso, a diferencia de los cursos denominados
xMOOC, que se basan en la transmisión del conocimiento y la examinación
recurrente para la demostración del dominio de los conceptos trabajados (Yuan &
Powell, 2013). En un cMOOC hay un objetivo final que es igual para todos, pero
la forma de alcanzarlo varía con consideración de un participante a otro, pues
depende de su elección de herramientas, medios o espacios. Se convierte, así,
en un aprendizaje altamente personalizado y abierto a partir de las necesidades
de cada uno de los participantes. En palabras de Enríquez (2014), docente
responsable, este MOOC:
Se plantea
como una práctica educativa abierta bajo las siguientes propuestas: ¿cómo
podemos explorar, aún dentro de esta masividad, el tener un poco de contacto
con la gente? ¿Cómo podemos llegar a transmitirle que no es un curso
automatizado, que sí hay asesores detrás y que están tratando de escucharlos,
están tratando de orientarlos y de identificar cuáles son sus dudas, cuáles son
los problemas a los que se están enfrentando? ¿Cómo promovemos la discusión para
que realmente en este mar de miles de personas puedan llegar a conocerse
algunos de ellos y puedan comenzar a armar proyectos conjuntos? Se plantea bajo
la propuesta pedagógica de las redes de aprendizaje “yo estoy generando
vínculos y estoy haciendo conexiones con personas y, a través de ellas estoy
aprendiendo” (video).
El objetivo general del curso fue
diseñar una propuesta para modificar un ambiente de aprendizaje cercano o
conocido por cada participante con base en el análisis de diferentes casos de
integración de TIC en ambientes de aprendizaje. Cada semana, los participantes
podían encontrar lecturas y recursos para revisar, así como una actividad de
aprendizaje que iba conformando el proyecto final, el cual consistía en una
propuesta de diseño o modificación de un ambiente de aprendizaje a partir de la
integración de las TIC.
En virtud de que este curso se planteó
como un cMOOC, fue importante establecer que la dinámica de la comunicación era
una actividad que quedaría en manos de los participantes; esto, con la finalidad
de promover la autonomía y la autogestión, de modo que los estudiantes se
organizaran por intereses, países, temas de discusiones semanales, etcétera, lo
que generó un preámbulo antes de que se realizaran dos actividades
fundamentales para el curso: la elaboración de una gran wiki sobre recursos
digitales que pueden ser empleados en la educación y el trabajo final que sería
revisado entre pares.
Con el curso se buscó mostrar que
comunicación y colaboración (en ese orden) son posibles y que los estudiantes
son capaces de gestionarse en comunidades de aprendizaje y generar sus propias
redes y productos. La investigación de las dos emisiones del MOOC Tecnologías
de la Información y la Comunicación en la Educación se concentró en analizar no
solo los datos, sino los procesos por los que se logró formar efectivamente comunidades
de aprendizaje; a continuación se explica la metodología empleada.
CONTEXTO Y METODOLOGÍA DE
INVESTIGACIÓN SOBRE LA COMUNICACIÓN Y COLABORACIÓN EN LOS CMOOC
El objetivo del análisis no se centró
en el estudio estadístico del número de participantes en las dos emisiones del
curso; se enfocó a la dinámica de los estudiantes a lo largo de cinco semanas
en cuatro aspectos: a) los hilos de los foros de discusión que dieron razón del
tipo de relaciones que se establecieron y la manera en que se gestionaron los
integrantes del curso; b) derivado de lo anterior, como una forma de
participación dentro de la plataforma de Coursera, la comparación con otros
medios externos, como los canales oficiales del MOOC en YouTube y Twitter; c)
la valoración de los estudiantes antes, durante y después de la elaboración
conjunta de la wiki sobre herramientas tecnológicas para la educación; y d) el análisis
del número de personas que presentaron el trabajo final, quienes aprobaron del
total.
En el caso de los medios de
comunicación, analizamos los dos primeros de cuatro canales mediante los cuales
se mantuvo el contacto entre los participantes y, evidentemente, con el equipo
docente del curso. La tabla 1 muestra las características que tenía cada
mecanismo.
Tabla 1. Espacios de interacción empleados
durante el curso MOOC.
Espacio de interacción |
Descripción |
Foros de discusión |
Espacio de
interacción asincrónica donde los participantes crearon múltiples temas de
discusión; además, la instructora iniciaba hilos específicos de discusión
como espacio de intercambio de ideas sobre el tema de la semana. |
Canal de YouTube (Hangout en vivo) |
Espacio de
interacción sincrónica; cinco sesiones programadas a lo largo del curso;
posibilidad de comunicación directa a través de YouTube, Twitter o Today’s
Meet. |
Twitter
(#ticunam) |
Espacio de
interacción asincrónica para cualquier duda o aclaración sobre el curso y
como medio sincrónico el día de las sesiones en vivo. |
Todays Meet (backchannel) |
Espacio de
interacción utilizado en algunas sesiones para que las personas sin cuenta de
Gmail o de Twitter pudieran emitir comentarios durante las sesiones en vivo,
pues es posible usarlo vía web sin necesidad de registrarse. |
Es importante señalar que, de manera
más o menos general, en los MOOC hay una tendencia a la sobrematriculación, que
difiere muchas veces del número final de personas que acrediten el curso; no
obstante, lo realmente interesante es la dinámica que se da mientras se
encuentra abierto el curso; por ejemplo, puede haber personas que participan
aunque no realizan las actividades; otras que solo revisan los materiales;
quienes no entregan la actividad final, o bien, quienes se inscribieron, pero
nunca entraron en el periodo activo del curso, es decir, que entraron después para
revisar las actividades o los contenidos; por ello, los números de
matriculación pueden aumentar incluso cuando haya concluido el curso. La tabla
2 expone las matriculaciones (inicial y final) de las dos emisiones del curso,
así como los alumnos aprobados.
Tabla
2.
Matriculación de participantes en las dos emisiones del MOOC.
|
Primera emisión |
Segunda emisión |
Matrícula inicial |
18
000 |
11
000 |
Matrícula final |
25
000 |
17
000 |
Aprobados |
1
540 personas (aprox.
7%) |
590
personas (aprox.
5%) |
Países de
procedencia de los participantes |
75 |
116 |
Nota: los números de la matrícula
son cerrados.
La gráfica muestra los países de
procedencia de los alumnos matriculados que, en su mayoría, son
latinoamericanos, aunque habría que destacar la participación de personas de
otros continentes que manejan el español.
Gráfica.
Estimado
de los países de procedencia del MOOC.
Por
otra parte, también debe considerarse que el MOOC analizado estuvo conformado,
en gran medida, por un grupo de personas que no conocían estos cursos ni cómo
se daban; mucho menos sabían la diferencia entre los xMOOC y los cMOOC, y
desconocían la plataforma de Coursera.
Para este estudio, primero hicimos una revisión teórica amplia, que presentamos de manera sintetizada anteriormente, y la elaboración de estadísticas, revisión de mensajes en diversos medios y creación de instrumentos que sirvieran para tener referentes sobre la comunicación y colaboración para analizar la interacción en el curso en cuestión. A continuación, siguiendo el orden propuesto en las primeras secciones de este texto, mostramos los resultados de los espacios de comunicación y, en seguida, los de colaboración.
ESPACIOS DE COMUNICACIÓN
Dado que el curso se planteó con base
en la propuesta pedagógica de las redes de aprendizaje, uno de los objetivos
fue promover interacciones significativas entre los participantes; es decir, aportaciones
que muestren que los integrantes del grupo están siendo atendidos por sus
compañeros. En Coursera, el principal mecanismo de comunicación son los foros; estos
pueden ser programados por los docentes y su equipo, aunque los participantes también
pueden abrir sus propias discusiones. En el primer caso, los foros se pueden
visualizar en las “Lecciones” y en los “Foros de discusión”. Cada uno de estos
se denomina “hilo de discusión”. La tabla 3 expone el número total de
comunicaciones de este tipo.
Tabla 3. Hilos de
discusión en la sección Foros del MOOC.
|
Primera emisión |
Segunda emisión |
Total de hilos de
discusión |
1
345 |
1
200 |
Número de
participantes activos en el curso |
13 000 |
9
400 |
Número de
participantes en los foros |
4
966 |
1
696 |
En el caso de los “hilos de discusión”,
el análisis se centró, por una parte, en el número de personas que realizaron
una aportación a un foro abierto por lo menos. Realmente, resultó significativo
que en ambas emisiones del curso los propios participantes abrieron la mayor
cantidad de foros de discusión sin que hubiera una instrucción por parte del
equipo docente. Es importante hacer notar este aspecto porque corrobora que los
estudiantes no solo son capaces de autogestionarse, sino de generar redes de
comunicación como parte de un proceso más amplio de aprendizaje autónomo, ya
que únicamente se programó un tema a discutir cada semana, así que el resto de
los hilos cayeron en manos de las personas matriculadas.
La naturaleza de los temas iba desde la
construcción de comunidades por países de origen, tipo o nivel de escolar en
que los alumnos participantes impartían clases hasta subdiscusiones derivadas
del tema a debatir de la semana, sin olvidar un aspecto fundamental: la
exposición de dudas sobre el curso, las actividades propias del programa, el
manejo de la plataforma, del trabajo final, etcétera. Destaca que, aun cuando
el equipo docente participó contestando algunas aportaciones, la mayor parte de
las respuestas, moderación y discusiones fueron guiada por los alumnos.
Una característica en cuanto a las
estrategias de enseñanza de los MOOC, en general, es que se diseñan y producen
videos con la finalidad de introducir un tema, explicarlo, o bien, formular
algún comentario. En el curso en cuestión, el equipo docente decidió realizar
semanalmente una transmisión en vivo de una sesión en un canal de YouTube para presentar
y discutir temas, hacer conclusiones, comentar algunos de los mensajes de los
participantes, explicar dudas sobre las actividades, entre otros puntos (ver tabla
4).
La transmisión en vivo se llevó a cabo en
un horario apropiado para la mayor parte de los países latinoamericanos; una
ventaja fue que el video quedó grabado y se puso a disposición de los alumnos por
distintos medios, de modo que quienes podían estar conectados, también
participaban mediante mensajes en el canal de YouTube o en Twitter, espacio donde
se manejó el hashtag #TICUNAM para la comunicación asíncrona fuera de la
plataforma Coursera. Otro espacio usado en menor medida fue la herramienta
Today’s Meet. La tabla 4 nos muestra el número de veces que los videos fueron
vistos y el total de comentarios registrados.
Tabla
4.
Número de visitas a los videos del curso en el canal del MOOC en YouTube.
|
Sesión
1 |
Sesión
2 |
Sesión
3 |
Sesión
4 |
Sesión
5 |
Visitas |
7
334 |
2
500 |
2
147 |
1
420 |
1
515 |
Comentarios |
1
693 |
599 |
10 |
8 |
284 |
Si bien en el curso y durante su
desarrollo se registraron más de 23 000 personas para la edición de 2013,
existen diferencias entre aquellas que la plataforma registró que realizaron
una acción y quienes tuvieron presencia virtual ante el grupo. En el primer
caso hubo un promedio de 13 000 personas que ingresaron en algún momento al curso,
mientras que solo 4 966 participaron en los espacios de comunicación.
Analizando los canales de interacción que se ofrecieron a la comunidad del MOOC
(ver tabla 1), encontramos que los foros de discusión fueron el medio por el cual
los participantes crearon redes de comunicación, conocimiento, integración y
sentido de pertenencia. Más de 90% de los hilos de discusión fueron establecidos
por los propios alumnos, lo que habla de la importancia que tuvo para ellos la interacción en los
cursos en AVA para mantenerse activos e integrados en la fase en la que se puso
en práctica la colaboración y generación de conocimiento mediante la elaboración
de un producto conjunto. Antes de pasar a la siguiente sección, en la tabla 5 presentamos
la clasificación que se generó a la luz de la revisión de los mensajes y los
tipos de interacciones.
Tabla 5. Categoría de presencia social.
Categoría |
Indicadores |
Descripción |
Expresiones
afectivas |
Expresión de
emociones |
Uso de emoticones o expresiones acerca de los
problemas técnicos, las actividades o las temáticas tratadas en cada una de
las sesiones. |
Uso del humor |
Sobre los
comentarios de la asesora o de algún participante y acerca de los problemas
técnicos. |
|
Autorrevelación |
Referentes a los
mensajes de su relación con las TIC y la educación, los problemas sobre las
temáticas o actividades y, en muchos casos, sobre su experiencia en el curso. |
|
Expresiones
interactivas |
Continuidad del
hilo de discusión |
La mayor parte de
los mensajes de los participantes discuten sobre la temática. |
Cita de mensajes de
otros |
Citan los
comentarios de sus compañeros en el canal de YouTube. Por su parte, las
asesoras retoman las dudas más frecuentes para resolverlas en la transmisión
del hangout. |
|
Referencia
explícita a mensajes de otros |
Los alumnos hacen
referencia explícita a los mensajes de otros participantes por medio de
vocativos. En especial, muchos mensajes informan a las asesoras sobre los
problemas técnicos. |
|
Realización de preguntas |
Los participantes
generan preguntas relacionadas con la temática expuesta por la asesora para
aclarar sus dudas, sobre opiniones de los participantes o problemas
relacionados con las actividades. |
|
Complemento o
expresión de apreciaciones |
Los alumnos
complementan o expresan apreciaciones de los comentarios de sus compañeros
para resolver dudas o dar su opinión sobre algún mensaje. |
|
Expresiones de
acuerdo |
Las expresiones de
acuerdo más frecuentes son las que tienen que ver con los problemas técnicos
de la sesión y con los comentarios de sus compañeros o las afirmaciones de
las asesoras. |
|
Expresiones
cohesivas |
Vocativos |
En la interacción
en el canal de YouTube, para poder complementar, expresar apreciaciones o formular
preguntas, utilizan los vocativos para dirigirse a una persona en específico;
los más comunes son los nombres de las asesoras. |
Referencia al
grupo, uso de pronombres inclusivos |
Muchos
participantes hacen referencia al grupo con el pronombre nosotros y los verbos
conjugados en primera persona del plural. |
|
Saludos |
Los saludos
mencionan comúnmente el lugar desde donde se conectan los participantes, como
“Saludos desde…”. |
Fuente:
Rodríguez Velázquez, 2015.
Encontramos tres tipos de expresiones
(afectivas, interactivas y de cohesión) mediante las cuales los participantes
se apropiaron e hicieron suyos la mayor parte de los hilos de discusión en los
foros. Además, en la descripción de los indicadores de la tabla 5, apreciamos
que, aunque se dieron mensajes recurrentes hacia el equipo docente, estos se dirigieron
básicamente a la resolución de dudas. Habría que destacar el hecho de que buena
parte de las comunicaciones se establecieron entre los alumnos y, para ello,
hicieron uso de diversos recursos que daban cuenta de la construcción de una
comunidad de aprendizaje.
DE LA COMUNICACIÓN Y LA
COLABORACIÓN
Uno de los principales objetivos en los
AVA es la búsqueda de espacios para generar comunidades de conocimiento
mediante actividades de aprendizaje y autoevaluación que permitan crear
productos conjuntos. Como hemos advertido al principio de este texto, la
colaboración o, mejor dicho, el “lograr” que los alumnos trabajen juntos en tareas
no necesariamente obligatorias tiene tras de sí el reto, como en cualquier
actividad humana, de establecer una relación para generar un producto con
alguien que se puede conocer de manera previa, o no.
Por esta razón, en el diseño
instruccional del MOOC, considerando este último aspecto y la cantidad de
personas que podrían matricularse, se optó por establecer la actividad
colaborativa para toda la comunidad del curso después de la tercera semana y
realizar valoraciones del grado de integración de los participantes. Para
mantener la idea que subyace en un cMOOC, tanto los canales de comunicación
como los materiales de trabajo constituyen una base sobre la cual se habría de
asentar las posibilidades de definir las pautas adecuadas para la primera actividad
colaborativa que permitiera crear una comunidad de conocimiento en un ambiente
AVA. No es el objetivo discutir los pros o contras de las wikis dada la
cantidad de literatura existente al respecto, pero sí aquellos aspectos que
coadyuvan para este texto. En este sentido, nos parece importante rescatar las
palabras de Nordin y Klobas:
Con el uso de las wikis, los
estudiantes no sólo están aprendiendo a escribir y publicar contenido
colaborativamente; también están aprendiendo cómo desarrollar y utilizar todo
tipo de habilidades de colaboración, la negociación con otros para ponerse de acuerdo
sobre la corrección, es decir, la pertinencia, y más. En esencia, los
estudiantes comienzan a enseñar a los demás. La investigación ha demostrado que
los profesores y estudiantes pueden ser muy creativos y desarrollar actividades
innovadoras y útiles para el aprendizaje. [En consecuencia] la atención se
centra en la comunidad del conocimiento y no en la persona que aprende (Nordin
y Klobas, 2009, p. 3).
Dado que el curso se
centraba en proponer la integración de diversas TIC en ambientes educativos, el
objetivo de este ejercicio fue elaborar de manera colectiva una lista de
recursos educativos ordenados a partir de la clasificación de Margulis (2005,
tomada de OECD, 2007) en el procesador de textos GoogleDocs. Cada participante
podía integrar recursos a la lista (una breve descripción y sugerencia de uso,
así como un enlace de referencia) dentro de la categoría correspondiente (ver
figura).
Figura. Recursos
educativos abiertos.
Fuente: propuesta de
clasificación de Margulis (2005, citado en OECD, 2007).
La plataforma Coursera ofrecía en sus
primeros cursos la posibilidad de usar un espacio wiki para cada uno; esta
posibilidad se ha desactivado en los cursos actuales. La decisión de usar este
espacio en Google obedeció al deseo de ofrecer a los participantes la
oportunidad de interactuar con este tipo de herramienta.
Esta actividad resulta complicada para
un curso MOOC por la cantidad de participantes y las características propias de
un wiki, ya que todos pueden editar y, al mismo tiempo, borrar el contenido por
completo, realizar actos de vandalismo o participar de manera equivocada. Unos
meses antes, el equipo docente del curso Fundamentals of Online Education:
Planning and Application, en la misma plataforma, se vio obligado a dar por
terminadas sus operaciones debido a problemas técnicos ocasionados por el uso
de hojas de cálculo de la suite de Google Drive, como medio de organización de
equipos. La cantidad de participantes que editaban una misma hoja de cálculo no
permitió los resultados deseados, lo cual provocó molestia, quejas y
complicaciones que los organizadores del curso no pudieron resolver rápidamente
y decidieron cerrar el curso. Tomando en consideración esta experiencia, se adoptaron
las siguientes medidas:
- Esta actividad no tuvo un puntaje asignado; se trató de una actividad optativa que permitía, a quien así lo deseara, la exploración del recurso wiki y la participación en la elaboración de la lista de materiales educativos abiertos.
- Realizar un respaldo diario de los avances.
- Llevar a cabo un monitoreo constante de las nuevas participaciones y mantener un formato uniforme en el texto.
- Proporcionar un tutorial de edición wiki (primero en video y luego en texto), retroalimentar los avances a través del hangout semanal y compartir el enlace hacia la publicación de la lista.
La participación resultó ordenada,
abundante y productiva; se logró formar una lista de recursos educativos, cada
uno con las respectivas sugerencias de uso, y mantener un formato uniforme a lo
largo del periodo en que se encontró abierta para su edición.[1]
El reto que representa el formato de una wiki y la falta de puntaje para la
actividad no desalentaron la participación en este producto colectivo. En
términos de autonomía, la comunidad no solo trabajó las principales categorías señaladas
en la figura, sino que, en relación con las diferentes actividades y
profesiones que desarrollaban los miembros del grupo, generó nuevas categorías,
de modo que se integraron recursos diversos para edición, interoperación de
plataformas, gestión de LMS o de contenidos, entre otros; en cada caso, la
mayoría de los participantes realizaban una breve semblanza del recurso.
Tabla
6.
Trabajo alrededor de las wikis colectivas.
|
Primera emisión |
Segunda emisión |
Número de ediciones
|
15
355 palabras |
17
224 palabras |
Número de recursos |
437 |
350 |
Dando seguimiento a los supuestos que
se han venido trabajando sobre la relación comunicación-colaboración para la
construcción de comunidades de aprendizaje en AVA, habría que destacar que esta
actividad fue fundamental para generar un sentido de pertenencia y ayuda mutua
que se vio reflejado en la actividad final del curso, la cual, a diferencia de
la primera, sí tuvo un valor para la calificación final para los participantes
que quisieran contar con su certificado. Este dato es importante porque hubo
personas que no la realizaron, pero que sí tuvieron el interés de participar a
lo largo del curso. Dadas las características de la plataforma Coursera, se
empleó el método de evaluación entre pares. El hecho de haber intervenido en
forma colaborativa y no obligatoria en la wiki permitió que en el trabajo final
se dieran espontáneamente apoyos y consejos para mejorar los trabajos entre
personas cuyos canales de comunicación fueron más allá de la plataforma.
La wiki colaborativa es una muestra
fehaciente de que se pueden establecer comunidades de aprendizaje si se apoya,
en primera instancia, el conocimiento entre los participantes mediante el
fortalecimiento de la integración de los miembros con pautas de respeto y autonomía
creativa. Como hemos señalado, los MOOC son un reto en muchos sentidos, pero
aquello que subyace en su diseño, así como en los objetivos que busca promover,
no difiere en los diversos cursos que se pueden ofrecer en AVA, esto es, la
creación de redes de aprendizaje y del sentido de comunidad.
El trabajo realizado por más de mil
personas en las dos emisiones no solo es una actividad que ha quedado de manera
virtual; por sí misma es un trabajo arduo que permite a los participantes
apropiarse de él, usar los recursos y utilizarlo para investigación. En este
sentido, la experiencia de aprendizaje se ve alcanzada por la motivación para
construir una comunidad virtual de aprendizaje que, parafraseando a Chao-Min, Meng-Hsiang
y Wang (2006), se basa en el estímulo para compartir un lenguaje común –en este
caso en torno a las TIC y la educación–, construir confianza e identificarse
con otras personas cuya labor gira en torno a planteamientos similares. Si bien
no habíamos previsto todos los resultados de participación e integración, en
términos metacognitivos, la autonomía demostrada en los foros de discusión y la
edición voluntaria de la wiki constituyen metaobjetivos planteados en el cMOOC
analizado y que pueden considerarse para otros casos.
CONCLUSIONES
El trabajo colaborativo es ya difícil
de conseguir en un entorno de aprendizaje cualquiera; así, cuando hablamos de
un AVA, las consideraciones que debemos plantear sobre la construcción de
actividades colaborativas son aún mayores, ya que, además del diseño de las
actividades mismas, es fundamental seleccionar las tecnologías adecuadas para generar
la comunicación e impulsar la apropiación del espacio común. Wenger menciona
tres elementos básicos en la construcción de una comunidad: comprensión
compartida (la cual es constantemente renegociada por sus integrantes),
compromiso mutuo que une a sus miembros en un grupo cohesionado y un repertorio
compartido de recursos comunes como resultado de una práctica compartida
(Wenger, citado en Gros, 2011). Desmenuzando con más detalle lo que estos tres
elementos representan, identificamos que en ellos es necesario que la
comunicación sea constante y eficaz, en el sentido de la verdadera construcción
de diálogos en los que intervengan el intercambio de opiniones y dudas, y de
propuestas de acción, de tal forma que los acuerdos efectuados por la comunidad
o el grupo en cuestión sean en realidad consensuados.
En el MOOC de Tecnología de la
Información y la Comunicación en la Educación hemos visto cómo se han utilizado
diversos canales de comunicación para diferentes tareas. Más aún, en algunas
ocasiones, la misma herramienta ha cumplido distintos fines además de la
expresión e intercambio de ideas; por ejemplo, la conformación de grupos de
trabajo, el recibimiento y ofrecimiento de apoyo entre los compañeros, la
implementación de estrategias para la solución de problemas, y propuestas de
seguimiento o agrupación de los productos elaborados.
Dicho de otra manera, en este MOOC se
alcanzaron diferentes niveles de comunicación e integración que lograron
concretarse en estrategias efectivas de trabajo colaborativo, lo cual es
significativo dadas las características de un grupo masivo en el que confluyen
un nivel heterogéneo de habilidades tecnológicas, las limitaciones de ancho de
banda de muchos participantes, así como el funcionamiento social (la aceptación
y apropiación) que hacen los individuos de las dinámicas, herramientas,
actividades y materiales planteados. La diversidad de herramientas
seleccionadas para que los distintos usuarios se sintieran cómodos y la
invitación constante a apropiarse de ellas, dando reconocimiento a dichas
prácticas, fueron factores que posibilitaron la creación de una comunidad de
aprendizaje en la que se ejerció tanto la comunicación como la colaboración
grupal.
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Larisa Enríquez Vázquez
Maestra
en Ciencias. Investigadora de la Coordinación de Universidad Abierta y
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Ismene Ithaí Bras Ruiz
Doctora en Filosofía. Programa de
Becas Posdoctorales de la CUAED de la UNAM, México.
Jackeline Bucio García
Doctora en Lingüística. Coordinadora de Innovación Educativa en la Coordinación de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular de la UNAM.
Maestrante en
Desarrollo Educativo. Universidad Pedagógica Nacional, México.
Fecha de recepción: 31 / mayo / 2016
Fecha de aceptación: 14 / septiembre / 2016
Fecha de publicación: 30 / marzo / 2017
[1] La lista resultante de la wiki de la segunda emisión
puede ser consultada en https://goo.gl/jp324V
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Apertura vol. 16, núm. 2, octubre de 2024 - marzo de 2025, es una revista científica especializada en innovación educativa en ambientes virtuales que se publica de manera semestral por la Universidad de Guadalajara, a través de la Coordinación de Recursos Informativos del Sistema de Universidad Virtual. Oficinas en Av. La Paz 2453, colonia Arcos Sur, CP 44140, Guadalajara, Jalisco, México. Tel.: 3268-8888, ext. 18775, www.udgvirtual.udg.mx/apertura, apertura@udgvirtual.udg.mx. Editor responsable: Dr. Rafael Morales Gamboa. Número de la Reserva de Derechos al Uso Exclusivo del Título de la versión electrónica: 04-2009-080712102200-203, e-ISSN: 2007-1094; número de la Reserva de Derechos al Uso Exclusivo del Título de la versión impresa: 04-2009-121512273300-102, ISSN: 1665-6180, otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Número de Licitud de Título: 13449 y número de Licitud de contenido: 11022 de la versión impresa, ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Responsable de la última actualización de este número: Sergio Alberto Mendoza Hernández. Fecha de última actualización: 25 de septiembre de 2024.