Introducción

A lo largo de su existencia, la humanidad se ha interesado por cómo concebimos y entendemos el concepto del tiempo. La inquietud de explicar de dónde venimos, hacia dónde vamos y en qué lugar se encuentran los acontecimientos que nos sucedieron en un momento determinado son algunas de las preguntas sobre las cuales la filosofía ha reflexionado desde el inicio de las civilizaciones.

Para empezar, destacan dos corrientes de pensamiento relacionadas con la concepción temporal: la primera es la del eterno retorno o la eterna recurrencia; es una idea que comparten varias civilizaciones antiguas como la azteca, la india, la griega o la egipcia. Esta manera de concebir el tiempo se concreta a partir de una realidad cíclica y de la infinitud del espacio que nos rodea; por lo tanto, y bajo estas circunstancias, los acontecimientos de la realidad objetiva se repiten cíclicamente.

La segunda idea sobre la concepción temporal aparece después, con la propagación de la religión hebrea y cristiana, que proponen una concepción lineal del tiempo que sustente el pensamiento de la construcción de un camino con el objetivo de llegar al edén o al final de los tiempos, lo cual quiere decir que la eternidad únicamente puede concebirse fuera de la realidad objetiva (Cladellas, 2009).

Si bien la idea del tiempo lineal está más extendida en la actualidad, algunos pensadores como Louis Auguste Blanqui o Friedrich Nietzsche (2002, 2011) mantienen la idea del eterno retorno como una hipótesis filosófica que intenta reforzar el concepto de superhombre. Más allá de un tema que le corresponde a la física, esto representa un desafío moral al momento de tomar una decisión, al saber que las circunstancias y los hechos se repiten de forma cíclica.

Aristóteles fue uno de los primeros filósofos en el mundo occidental que reflexionó de manera sistemática acerca del tiempo como una pregunta; su punto de referencia era el presente, es decir, el ahora, lo clasificó en pasado, presente y futuro, y negó la existencia del pasado y futuro debido al impedimento de comprobar dónde se encuentran los acontecimientos anteriores y cómo saber aquellos que vendrán (Arenas, 2015).

Aristóteles determina la existencia del tiempo después de explicar que se configura por nuestra concepción de cambio, percibido por la transformación de los objetos que nos rodean, lo cual genera la idea del tiempo como una consecución de instantes que establecen la medida (número) del movimiento. El tiempo, al no ser movimiento, puede ser medido a través de sí mismo. Más tarde, esta idea sería la base de la física moderna para establecer una definición sistemática del tiempo (Aristóteles, 1995), conformada por tres variables: la continuidad, la transición y la extensión (Turetzky, 1978).

En el siglo V d. C., San Agustín de Hipona continuó la idea de Aristóteles y determinó la inexistencia del tiempo al no poder demostrar la realidad de un pretérito o de un futuro imaginario, ni de establecer cuándo es el presente (Isler, 2008). San Agustín explicó el carácter inextenso del presente, ya que no podemos determinar con exactitud cuánto dura esta dimensión temporal al ser solo un instante y, a la vez, todo el tiempo que transcurre en el presente, el cual es indeterminable. Igual que Aristóteles, San Agustín concluyó que no puede existir el tiempo sin movimiento, aunque estos dos conceptos no sean los mismos. La idea de cambio a través de movimiento es aquello que nos permite determinar el tiempo transcurrido (Isler, 2008).

En la edad moderna existen dos corrientes de pensamiento respecto a la concepción de tiempo: por un lado está la teoría objetivista, la cual se desprende de los estudios de física de Isaac Newton en el siglo XVIII. Desde esta postura, el tiempo es objetivo al ser humano y, por tanto, medible mediante instrumentos; se conoce con exactitud la separación temporal de dos hechos sin ambigüedad. Esta teoría estudiada en la física fue la más aceptada hasta la publicación de la teoría de la relatividad de Einstein (Cladellas, 2009).

La teoría subjetivista, propuesta por Immanuel Kant, establece que el tiempo se explica desde las experiencias individuales. Por tanto, es una construcción personal. Esta idea traslada la concepción temporal al campo de la psicología y se confronta directamente con la noción lineal y objetiva de los físicos (Cladellas, 2009).

En el siglo XX, Henri Bergson reforzó la idea de la subjetividad del tiempo y, con el fin de explicarlo, lo dividió de dos maneras: la primera, el tiempo que podemos medir con instrumentos -el tiempo objetivo-; la segunda, el tiempo “auténtico” que configura nuestra propia percepción. La duración vivida será el tiempo de la conciencia, dada en la intuición, el campo de la con-fusión del tiempo y de la conciencia en su devenir común. La noción de “dato inmediato de la conciencia” se relaciona con el sentimiento interior de duración, el cual es “la forma que toma la sucesión de nuestros estados de conciencia cuando nuestro yo se deja vivir, cuando se abstiene de establecer una separación entre el estado presente y los estados anteriores” (Guinard, 2003).

Con la teoría de la relatividad, Einstein demostró que la idea del tiempo dependía de las circunstancias y de la perspectiva desde la cual es medido. En este sentido, el tiempo depende de otras variables como la velocidad o la masa de los objetos que se desplazan en el espacio, lo que desecha el postulado de un tiempo absoluto e inmutable (Navarro, 2006).

Albert Einstein y Nathan Rosen publicaron un estudio acerca de este tema en El problema de la partícula en la teoría general de la relatividad (Einstein y Rosen, 1935). Allí se propone: “Un modelo geométrico de una partícula física elemental donde el espacio estaba representado por dos hojas idénticas paralelas entre sí, tal que la partícula sería un puente que las conecta evitando las singularidades” (Isea, 2016 p. 13). De esta teoría se desprende la concepción de los agujeros de gusano, acuñada por Wheeler en 1957 (en inglés wormhole) (Isea, 2016). El estudio teórico de estos postulados ha llevado al planteamiento de un posible viaje en el tiempo, pero para llevarlo a la práctica se requeriría de una cantidad demasiado grande de energía negativa; la tecnología actual no permite realizar este tipo de experimentación y corroborar la teoría del viaje en el tiempo de manera real.

Stephen Hawking (1999) continuó desarrollando las ideas de Albert Einstein y formuló teorías relacionadas con la existencia de otros espacios o dimensiones fuera de la realidad conocida, donde el tiempo no se comporta de manera lineal, como lo entendemos hasta ahora. El movimiento, aun así, sigue siendo protagonista en estos postulados. La posibilidad de controlar las otras variables que influyen en la concepción del tiempo permite soñar con otras circunstancias aún no descubiertas o explicadas por la ciencia, por lo cual la idea del tiempo deberá seguir evolucionando desde lo psicológico y lo físico, lo tangible y lo intangible, lo objetivo y lo subjetivo.

A lo largo de la historia de la humanidad, el estudio del concepto del tiempo ha impulsado diferentes corrientes de pensamiento con el fin de explicar los fenómenos cotidianos. Se destacan las visiones objetiva y subjetiva. La primera es medible y cuantificable, propia de las ciencias exactas; la segunda es una visión más subjetiva y filosófica, orientada a explicar, desde la introversión, la idea del tiempo como dimensión.

Dark: arco argumental

Dark es una serie alemana de televisión co-creada por Baran bo Odar y Jantje Friese en 2017. Se inserta en el género de ciencia ficción y thriller. El argumento se desarrolla en el pueblo ficticio alemán de Winden, localizado en un lugar similar a la región de la Selva Negra alemana. Winden es un pequeño pueblo rodeado de espesos bosques y una serie de galerías de grutas subterráneas.

La historia cuenta los acontecimientos alrededor de cuatro familias del pueblo: Kahnwald, Nielsen, Doppler y Tiedemann, en tres líneas temporales diferentes: 1953, 1986 y 2019. El año 2019 es el punto de partida de la acción narrativa y arco principal, es decir, el presente de la serie. Las líneas temporales se separan 33 años una de otra y los personajes interactúan entre ellas debido a que se desplazan entre cada una mediante un agujero de gusano, el cual es una especie de portal que conecta las tres épocas.

Hay que aclarar que el agujero de gusano constituye un portal entre estos tres universos, localizado en un punto específico de la galería de grutas subterráneas que surcan el pueblo donde sucede la historia. Las inexplicables desapariciones de niños y la escalofriante aparición de cadáveres de infantes (que corresponden a otras épocas), cerca de las grutas, son los acontecimientos sobre los cuales el argumento principal se desarrolla. La historia continúa con las vicisitudes que cada familia debe enfrentar para intentar explicarse el misterio de los viajes en el tiempo y el de los niños extraviados.

La trama de la serie se desenvuelve con la desaparición de Mikkel Nielsen, en 2019, en el bosque cerca de la entrada de una de las grutas. Sin mayor explicación y repentinamente, Mikkel se transportó al año 1986; fue adoptado por una enfermera llamada Ines Kahnwald, y criado bajo el nombre de Michael Kahnwald. En el futuro vemos cómo el personaje de Michael se suicida, en 2019, cerca de la fecha en la que su “yo” infante está a punto de desaparecer al entrar en las grutas.

La concepción del tiempo en Dark

De acuerdo con lo dicho acerca de la serie, uno de los puntos de quiebre del argumento es la posibilidad de viajar en el tiempo a través de un agujero de gusano. Esta es una hipotética característica topológica de un espacio-tiempo, descrita en las ecuaciones de la relatividad general. En hipótesis teórica, un agujero de gusano provocaría el traslado de una dimensión temporal a otra, aunque esto no se ha podido comprobar en la práctica. Los aportes de la teoría de la relatividad de Einstein, de la teoría de cuerdas y de las investigaciones de Stephen Hawking acerca de los agujeros negros, marcan un antes y un después sobre esta característica del universo, sin que todavía se haya demostrado en la práctica.

En Dark se utiliza la figura del agujero de gusano para la explicación de los viajes entre las tres dimensiones temporales que se conjugan en su arco argumental. La construcción de una central nuclear cerca del pueblo en 1953 es la principal causante de que nazca este agujero de gusano; a través de este, los personajes se desplazan en el tiempo, entre una y otra época. El desprendimiento de energía desde la central nuclear podría haber dotado de actividad a este agujero, que se encuentra en un punto central del laberinto de grutas que atraviesa al pueblo.

Desde el inicio, Dark nos plantea la idea del tiempo no como una dimensión lineal, que todos conocemos y aceptamos, sino como la de un bucle infinito basado en el concepto del eterno retorno, difundido en occidente por Nietzsche (1882) como una conceptualización filosófica de los hechos, y basado, a su vez, en la concepción que tenían del tiempo civilizaciones antiguas como la de los mayas, los indios, los chinos o los antiguos egipcios (Navarro, 2006; Guinard, 2003).

Desde el primer episodio de la serie, con la muerte de Michael Kahnwald, el tiempo se representa como una variable cíclica; esto se evidencia con la explicación posterior de la desaparición de Mikkel Nielsen, ambas situaciones ocurrieron en 2019. Michael y Mikkel son la misma persona, en distintas edades, y así se aterriza una de las paradojas más conocidas sobre el viaje en el tiempo: si alguien viaja al pasado, ¿qué pasa con su yo del presente? ¿Es posible que ambos seres se encuentren en un momento del futuro? En Dark, Mikkel y Michael conviven en la misma realidad, lo cual transgrede esta paradoja.

La trama de la serie se desenvuelve a partir de los puntos en común que comparten las cuatro familias, quienes se desempeñan como personajes colectivos en la historia. Así, Mikkel Nielsen, al convertirse en Michael Kahnwald, crea su propia familia. Y, precisamente, su hijo Jonas es quien viaja al pasado para determinar qué pasa con Mikkel y develar el misterio.

La historia continúa con la intervención de Ulrich Nielsen (padre de Mikkel) y Charlotte Doppler, quienes tienen la tarea de encontrar a uno de los niños desaparecidos en 2019; ambos son policías del pueblo de Winden. Las acciones de la serie se deslizan, constantemente, entre saltos temporales para explicar los sucesos ocurridos entre 1953, 1986 y 2019. De esta forma, nos damos cuenta de que en 1953 la familia Doppler se encarga del manejo de la central nuclear desde su etapa de construcción.

Los oficiales Egon Tiedemann y Daniel Kahnwald son los encargados de investigar la aparición de cadáveres de niños cerca de la central. Por tanto, aparece un elemento común en los tres contextos temporales: la misteriosa desaparición de niños y la simultánea aparición de cadáveres de otros niños, sin ninguna aparente explicación. Las investigaciones se desarrollan de manera paralela en 1953 y 2019.

Hay un personaje atemporal que se presenta en todos los universos, sin ninguna variación en su apariencia física: se llama Noah y se viste de sacerdote. Noah es el único personaje que está enterado de la posibilidad de viajar en el tiempo a través del agujero de gusano; su cometido en la historia es generar un dispositivo, o mecanismo, para viajar con más facilidad, sin las restricciones del agujero de gusano (desplazamientos de 33 años hacia el pasado o el futuro, siempre entre 1953, 1986 y 2019 sin explicación aparente, de manera aleatoria). Para lograrlo, se aprovecha de varios niños para hacer experimentos; de este modo, se esclarece la misteriosa desaparición de los niños y la simultánea aparición de los cadáveres en otras realidades temporales.

Si bien en la trama de la serie no se especifica que se pueda viajar más allá de las épocas representadas, hay dos personajes que, de acuerdo con los guiños que la serie nos entrega, se puede interpretar que ellos vienen del año 2052: Jonas Kahnwald y Claudia Tiedemann, quienes regresan al pasado con el objetivo de cambiar los hechos y destruir el mecanismo que permite a los diferentes protagonistas de la serie desplazarse entre las tres épocas.

Por lo anterior, se completa y se justifica la configuración de uno de los temas más importantes que defiende la serie en su concepción temporal: el pasado influye en el futuro y el futuro influye en el pasado, es decir, todo está relacionado entre sí. No hay un principio ni un final, el tiempo es como un círculo donde todos los hechos conviven, todas las realidades temporales están unidas entre sí.

De esta forma, Jonas de 2052 le advierte al mismo Jonas, quien viaja a 1986, que no debe intervenir en el curso de los hechos; Jonas y Claudia viajan a 1953 para ayudarle a un relojero, H. G. Tannhaus, al proporcionarle elementos tecnológicos suficientes para construir un dispositivo que funciona como máquina del tiempo, con el cual pueden desplazarse con mayor facilidad en el agujero de gusano.

Si bien estos hechos no tienen una explicación coherente en una realidad objetiva, la posibilidad de viajar en el tiempo, tanto al futuro como al pasado, e influir en el destino de los personajes, fundamenta la propuesta de la serie. Todos los hechos están predeterminados por un solo hilo argumental, aunque los personajes no sean conscientes de lo que pasa y pretendan utilizar el agujero de gusano como puerta interdimensional para cambiar el curso de sus vidas y solucionar los problemas que se les presentan.

En la serie se observa cómo todos los viajes tienen un sentido y una explicación, las decisiones que toman los personajes influyen directamente en el desenlace de la vida de cada uno, es decir, no existe un presente determinado, sino que el tiempo se mueve de manera cíclica como resultado del inmutable rumbo de los hechos.

Conclusiones

Dark plantea una llamativa manera de entender el concepto del tiempo, el cual no corresponde con la tradición clásica del tiempo como dimensión lineal donde pasado, presente y futuro suceden de manera lógica y ordenada. Por lo tanto, Dark se basa en la noción cíclica del tiempo y trata de llevarla a una dimensión práctica: un universo donde el pasado puede influir en el futuro, y viceversa.

La existencia de elementos como los agujeros de gusano y las máquinas del tiempo se fundamentan en teorías de la física de quienes investigan y divulgan conceptos como la presencia de universos paralelos y la composición de los agujeros negros; este par de factores son determinantes, orquestan e impulsan la realidad del pueblo de Winden para que los personajes de la historia puedan viajar en el tiempo e influir en los acontecimientos del pasado o del futuro.

Dark retoma la noción filosófica del tiempo como un bucle donde los hechos se repiten sin fin. Como ya se vio en las teorías que previamente se citaron, filósofos como Aristóteles, Nietzsche o Kant, reflexionaron acerca de la naturaleza del tiempo; coincidieron en que el tiempo no necesariamente es lineal, como lo han explicado los físicos. A pesar del avance en las propuestas teóricas sobre la explicación del funcionamiento del universo, todavía quedan por responder algunas incógnitas relacionadas con la posibilidad de viajar en el tiempo, la existencia de universos paralelos, la estructura de los agujeros negros y otros enigmas que aún no se resuelven.

La ciencia ficción aprovecha los conceptos físicos, los toma a partir de la teoría y los lleva a la práctica, con el fin de reflexionar y plantear preguntas como: ¿qué podría pasar en el caso de la existencia de agujeros de gusano y máquinas que transporten a la gente entre diferentes realidades temporales?

Si bien hay aspectos del funcionamiento de los viajes en el tiempo que en Dark no quedan del todo claros -por lo menos no en la primera temporada-, su premisa es innovadora en la construcción de historias que hablan sobre transportarse a otras épocas, más allá de las ideas que ya son un canon en el género de la ciencia ficción, de escritores como H. G. Wells o Isaac Asimov.

Dark conjuga la concepción filosófica del eterno retorno como leitmotiv para generar una historia en la que el tiempo circular transcurre en nuestro contexto, los viajes en el tiempo forman parte de la necesidad de preservar la continuidad de los hechos.