PAAKAT: Revista de Tecnología y Sociedad
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ISSN: 2007-3607

Universidad de Guadalajara
UDGVIRTUAL
suv.paakat@redudg.udg.mx
México

El embarazo adolescente en Jalisco

Teenage pregnancy in Jalisco

 

 

Juan Manuel Herrera Ávila1

j.mherreraa@hotmail.com
Universidad de Guadalajara, México

 

 

Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad, "Activismo en red como reconfiguración de lo político". Año 4,núm. 6, marzo-agosto 2014.

Recibido: 27-02-2014
Aceptado para su publicación: 19-03-2014

 

 

1 Tecnólogo profesional en informática, egresado de la licenciatura en Sociología por la Universidad de Guadalajara. Docente en el Taller de Cómputo de la Escuela Secundaria 17 Mixta en Tlaquepaque, Jalisco.

Professional computer technologist, graduated from a degree in Sociology from the University of Guadalajara. Teacher in the calculation Workshop 17 Joint High School in Tlaquepaque, Jalisco.

 

 

Resumen

Este trabajo trata, desde una perspectiva teórico-conceptual, de la interacción que se da entre los aparatos de hegemonía como son la escuela, la familia y los modernos medios de comunicación, en relación con las adolescentes en situación de embarazo. Es decir, se reconoce la acción de influencia que la sociedad en conjunto, y las estructuras o instituciones denominadas aparatos de hegemonía, realizan sobre un sujeto en proceso de formación como es el adolescente; al tiempo que se cree al mismo actor es capaz de tomar ciertas decisiones.

Palabras clave
Aparato ideológico de estado, prácticas sexuales, embarazo precoz.

Abstract

This paper discusses, from a theoretical and conceptual perspective, the interaction that occurs between the hegemonic apparatuses such as school, family and modern means of communication, in relation to adolescents at pregnancy. That is, the action of influence recognizes that society as a whole, and structures or institutions called hegemonic apparatuses, performed on a subject in formation as the adolescent while it is believed the same actor is able to take certain decisions.

Keywords
Ideological state apparatus, sex, early pregnancy.

 

Índice del artículo

Introducción
Desarrollo
Conclusiones
Referencias

 

Introducción [ir al índice]

La sociedad contemporánea, dominada a nivel mundial por las formas de producción capitalista, ha impuesto sus ideologías, sus valores y con ello criterios de juicio sobre actos, conductas e intenciones de los individuos que la integran, así lo plantea el marxismo y sus promotores (Solano, 1992). Si bien esta teoría permitiría explicar el embarazo adolescente presentado como problema, también es cierto que pensar al individuo como simple actor, ejecutor de papeles o roles dictados desde la colectividad es empobrecerlo; significa no tomarle en cuenta como ente complejo que crea, al tiempo que es modificado por la sociedad. Es claro que para arribar a una concepción de esta naturaleza es necesario superar el enfrascamiento con una ideología en particular y dar paso a un posible amalgamiento entre la propuesta gramsciana y el weberianismo, cosa que a simple vista podría resultar inconcebible sí, y sólo si, tomamos inflexiblemente de una u otra sus postulados; pero no, si tomamos su producción conceptual, en cuanto que ésta permita el diálogo y su derivación en la epistemología del embarazo adolescente.

Desarrollo [ir al índice]

La primera elección presidencial del siglo XXI permitió en México, la llegada al poder nacional de un partido político señalado por su corte tradicionalista y por sus vínculos con la doctrina social de la Iglesia Católica (Delgado de Cantú, 1998), organización de abierta oposición a los métodos anticonceptivos, de interrupción de la vida humana, prácticas sexuales fuera del matrimonio, la impartición de temas sobre sexualidad y la distribución de preservativos en las escuelas. Una eventualidad como ésta justifica creer que las estadísticas relacionadas con la salud reproductiva deben evidenciar cambios significativos, lo cual no sucedió, como se abordará más adelante.

En el ámbito regional en Jalisco se vivió la alternancia partidista desde 1995 con la elección gubernamental. Cabe hacer aquí unos cuestionamientos: ¿al cambio de gobierno, ocurrieron modificaciones significativas en las políticas públicas vinculadas a la práctica y orientación sexual en adolescentes?, ¿es posible vincular la participación del nuevo gobierno con el comportamiento de los embarazos adolescentes?, ¿por qué el adjetivo "problema" es empleado en el fenómeno del embarazo en adolescentes? ¿Es posible detectar la doctrina social de la Iglesia puesta en práctica? ¿Cómo ha sido la relación del gobierno con la jerarquía católica? Sin duda, las respuestas forman parte de un trabajo más amplio.

Al finalizar el año 2013 el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) hizo público su informe sobre "Maternidad en la niñez", en el que México aparece ocupando el primer lugar entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en madres adolescentes. En él se da cuenta de la poca atención que tanto gobernantes como investigadores prestan a este problema cuando se presenta entre adolescentes menores de 15 años. La publicación del mencionado informe coincide con el primer aniversario de una nueva alternancia partidista en el poder nacional y estatal, hecho que en este planteamiento da pie a un parteaguas en la política social y justifica una reflexión sociológica al respecto al tomar como sustento la conceptualización que diversos teóricos hacen de los actores que participan directa o indirectamente del embarazo precoz.

Se considera que el embarazo precoz es aquél que se presenta cuando la madre inicia su gestación siendo aún adolescente, independientemente de su edad ginecológica (León, P., Minassian, M., Borgoño, R., Bustamante, F., 2008). Dicha eventualidad se analiza entre los investigadores citados desde sus disciplinas particulares, especialmente para responder a planteamientos médicos y sociales que resultan de un incremento en la precocidad en las relaciones sexuales entre adolescentes.

Para hablar de adolescentes se atiende a la definición que de ella hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual considera que los seres humanos dentro de esta etapa, son los que se desarrollan durante la segunda década de su vida. Es decir, de los diez a los diecinueve años, "periodo del desarrollo del ser humano comprendido entre la pubertad, comienzo acelerado del desarrollo sexual, y la plena madurez" (Pratt Fairchild, 1992: 5).

Urresti esboza una definición con mayor contenido sociológico al plantear que "la adolescencia es una transformación corporal, psicológica y social por la cual se transita desde la infancia a la juventud y en la medida en que es una institución social, no se organiza de la misma manera en distintas épocas o en diversos sectores sociales" (2008: 42). Ese ser llamado adolescente se distingue por un dinamismo en todas sus facetas, por sus sueños y rebeldías, por transitar a una etapa de concientización, de deseos de ser autónomo cuyo cerebro presenta una de las crisis más importantes que vivirá como ser individual (Jayne Blakmore y Frith, 2008). Que vive confrontado, en conflicto con el mundo adulto -al que en un tránsito inconsciente arribará a tiempo, destiempo o antes de tiempo- porque este se le muestra como un mundo con límites, en el que la libertad está condicionada por las estrategias hegemónicas de control.

El concepto gramsciano de "aparatos de hegemonía" permite referirnos a categorías pensadas que sintetizan la capacidad socializadora de la sociedad para producir los individuos con las características que necesita para existir (Solano Solano, 1992), eso es, lo que hace la familia, la escuela y la Iglesia a través de sus postulados ideológicos. Al hablar de "ideología" se toma en cuenta a Pratt Fairchild (1992: 147) que la define como "conjunto de ideas, creencias y modos de pensar característicos de un grupo, nación, clase, casta, profesión u ocupación, secta religiosa, partido político, etc." Este mismo autor considera que las diferentes ideologías no se excluyen mutuamente de un modo necesario. En ello radica la intención de considerar el bagaje conceptual de dos teorías que se presentan atractivas en la comprensión-explicación del entorno dibujado tras un embarazo en el mundo del adolescente.

El concepto de "sociología comprensiva" (Verstehende soziologie) trabajado por Weber y que según Schûtz, (1993), pretende que todos los fenómenos sociales sean estudiados desde los modos de conducta individual, mismos que deberían permitir su comprensión, se convierte en una opción a la pretensión de acercarse al problema del embarazo precoz y comprender de él todas sus manifestaciones. Al ser los problemas sociales complejos, sería una quimera pretender derivar en generalizaciones; sin embargo, al explorar teóricamente se puede lograr rescatar vertientes que coadyuvan en la comprensión del también denominado embarazo temprano.

Brugger, (1988), en su definición del concepto "comprender" (Verstehen) considera que es el opuesto a "explicar" (Erklären), para aclarar mejor acude a su uso. Mientras que las ciencias naturales explican causalmente los procesos y fenómenos de la naturaleza unívocamente, este procedimiento no es posible, según el paradigma cualitativo de investigación en las ciencias sociales que tratan fenómenos concomitantes; es decir, con multicausalidad . Por esta razón no se pretende lograr una explicación universal del problema en estudio, sino tan sólo aportar elementos para su reflexión en una fase histórica de la práctica política en México:

Este proceder no está a la altura de la vida espiritual y de sus creaciones. Pues la libre actividad creadora del espíritu no se halla sometida a unívoca determinación causal; tampoco se explican sus totalidades caraterísticas solo por sus elementos y, en fin, nunca leyes universales pueden agotar lo concreto irrepetible de la historia (Brugger, 1988: 114).

A continuación se presentan datos cuantitativos que permiten dimensionar y focalizar el fenómeno del embarazo precoz, en un periodo de tiempo concreto entre la llamada transición política nacional iniciada el año 2000, y el retorno del Partido Revolucionario Institucional al poder el año 2012, cuyas políticas de planificación familiar se concentraron en el control de la natalidad, tras la explosión demográfica en México de los años 50's cuyo primer cambio significativo se aprecia en la disminución de la natalidad observado en el periodo de 1977 a 1982 según lo refieren Juárez, et. al. (1989).

En México durante el 2011 ocurrieron 2'586,287 nacimientos, de los cuales el 18.29% fueron de madres adolescentes. De las madres adolescentes el 2.44% tenían menos de 15 años al momento del alumbramiento (INEGI, 2013). Cuando se habla de madres adolescentes se piensa en aquellas mujeres comprendidas entre los 10 y los veinte años al momento del alumbramiento, que para el caso mexicano representa casi una quinta parte del total de nacimientos. Aun cuando el 2.44% de embarazos en menores de 15 años refleja una parte reducida respecto al total, puede ser la manifestación natural de la minoría que evidencia un retorno a los hábitos de gestación en las sociedades premodernas.

Cuando se toma como referencia al grupo adolescente (menores de 20 años) las estadísticas muestran una tendencia, ya que entre los años de 1985 y 2010 los nacimientos registrados a nivel nacional presentan una disminución de 17,371 casos, mientras que en Jalisco el fenómeno tiende a incrementarse en mujeres adolescentes, pues de 22,115 casos ocurridos en 1985, se elevó a 27,359 en 2010. Es importante resaltar que el porcentaje aportado por madres menores de 15 años ha rondado el 3% en promedio dentro de ese grupo (INEGI, 2013). Román Pérez, et. al. (1996), en su estudio sostienen que el número de embarazos entre adolescentes de 15 a 19 años, siempre ha sido menor en comparación a los ocurridos en jóvenes de 20 a 24 años a lo largo de los últimos 70 años.

La acción consciente propia en los seres humanos, orientada a un fin se descarta en los embarazos tempranos, cuando los diferentes estudios citados anteriormente refieren que el embarazo en las prácticas sexuales entre adolescente no es un objetivo. Si se analiza antropológicamente la expectativa de vida en los primeros homínidos, encontramos que ésta era de 22 a 25 años en el caso de las mujeres (Domínguez Rodrígo, 2004), incluso estas cifras sólo se lograron superar con el advenimiento de los avances tecnológicos (era capitalista) en materia de alimentación y salud hace apenas una centuria. Al usar como apoyo la teoría evolucionista se considera que 12.5 años es una edad adecuada para iniciar el ciclo de reproducción, pero no, bajo las exigencias que impone la sociedad capitalista.

Aun cuando el embarazo precoz ocurre con mayor frecuencia entre quienes abandonan o son forzadas a abandonar la escuela (Williamson, 2013), el caso de Jalisco es sui generis, al menos en los datos estadísticos, ya que algunas estudiantes de secundaria concluyen este nivel, al menos eso se infiere del análisis de datos aportados en los censos de población.

Gráfica No.1. Nacimientos de madres adolescentes con secundaria terminada en Jalisco (1985-2010).

Gráfica No.1. Nacimientos de madres adolescentes con secundaria terminada en Jalisco (1985-2010)

Fuente: Elaboración propia, con datos del INEGI (2013)

El anterior diagrama, (Gráfica No.1), muestra el incremento de nacimientos en adolescentes de 15 años y menores de 15 en el estado de Jalisco que han terminado su secundaria, lo que demuestra que no todas las embarazadas abandonan la escuela. Lo que también se evidencia es una gran disparidad en los nacimientos entre estos dos grupos de jóvenes. Las adolescentes embarazadas menores de 15 años sufren un riesgo importante durante su proceso de gestación; son quienes, física y emocionalmente, cuentan con menos preparación para hacerse cargo de su propia vida y de pronto se ven inmiscuidas en condiciones más propias del mundo adulto (Williamson, 2013).

Si este conjunto de mujeres adolescentes embarazadas son tan vulnerables, cómo harán para llevar a cabo su vida cotidiana, cuáles serán los retos, conflictos, apoyos, expectativas a los que se enfrentan o se adaptan. Qué tipo de necesidades tendrán y cómo las satisfacen, no sólo desde la perspectiva académica, sino desde un enfoque global, como sujeto integrante de la sociedad.

En 1985 de las 292 madres menores de 15 años, sólo 21 dijeron tener la secundaria terminada al momento de registrar su hijo, mientras que en 2010 la relación se incrementó, ya que de 503, 81 afirmaron haber concluido la secundaria (INEGI, 2013). De lo anterior se puede decir que en el 2010, 80.4% de las madres adolescentes menores de 15 años al momento de registrar a su hijo, no tenían la secundaria terminada, por un 19.6% que sí habían logrado ese nivel; lo que significa que un elevado número de estudiantes que se encuentran en esta situación deciden abandonar los estudios, sin embargo, también hay un pequeño número que deciden continuar la escuela.

Lo anterior conduce a cuestionarse las razones y circunstancias que inclinan a las estudiantes con embarazo temprano a tomar la decisión de abandonar o continuar sus estudios. Se infiere que las estudiantes no abandonan la escuela, sino que se debería hablar de exclusión, ya que algunos estudios como el de Williamson, (2013), demuestra que las madres adolescentes desean seguir estudiando.

Los resultados estadísticos, en cuanto a embarazos adolescentes, presentan un fenómeno creciente en contradicción a los esfuerzos que la autoridad dice realizar para fortalecer la culminación de estudios en adolescentes; por ejemplo, el segundo objetivo del Programa Sectorial de Educación 2007-2012 para ampliar las oportunidades educativas, se propuso incrementar las becas otorgadas a madres jóvenes y jóvenes embarazadas para concluir la educación básica de 1,975 en 2006 a 49,460 en 2012 otorgadas al finalizar la administración federal del panista Felipe Calderón Hinojosa.

Sería muy útil, tanto para los docentes como los directivos de este nivel educativo, tener una mayor claridad sobre qué tipo de condiciones influyen en la decisión de estos estudiantes de abandonar o continuar en la escuela, además serviría para desincentivar las condiciones adversas y promover las coadyuvantes. Pero también revaloraría el papel de padres y sociedad en general, al considerar que no todas las estudiantes dejan la escuela como lo muestra la tabla No. 1.

Tabla No. 1. Nacimientos en Jalisco de madres menores de 15 años, según escolaridad.

  SECUNDARIA % SIN SECUNDARIA %
2000 39 13.1 297 86.9
2010 64 19.6 326 80.4
2012 72 22.0 328 78.0

Fuente: Elaboración propia con datos tomados de INEGI (2012).

La pregunta sería, qué ocurrió entre el 2000 y el 2012 que hizo que las estudiantes embarazadas con secundaria terminada se incrementaran de 13.1% a 22%. Dicho de otra manera ¿la escuela como aparato ideológico del estado, flexibilizó su control para permanecer o retornar a las adolescentes embarazadas? Cualquiera de los dos casos evidenciaría un cambio en el discurso por parte del ejecutivo, que no es el Estado en sí, por lo menos no la versión moderna que presenta Delgado de Cantú (1998).

Si bien se puede afirmar que la escolaridad de madres menores de 15 años tiende a incrementarse, se debe resaltar que el de aquellas que carecen de este nivel es alto con 78% en 2012. Hasta aquí sólo se evidencia la estrategia de la sociedad para identificar los procesos en los cuales se encuentran sus miembros, en el caso de los adolescentes "ideales" se espera que estén inscritos y activos en el sistema formal de educación, del que habrían de egresar con la "forma social" que la sociedad espera (Portantiero, 1981), para alcanzar "metas" y "objetivos". Esta concepción idealista se trunca cuando el adolescente deserta de la escuela por cualquier causa, especialmente por embarazo, o por muerte. Pero dada la evidencia estadística ¿por qué si hay madres menores de 15 años que dicen tener secundaria terminada, no se ven estudiantes embarazadas en las escuelas? Tal vez la respuesta se encuentra en la hipocresía del sistema escolar, que otorga papeles sin la acreditación exigida al resto de la comunidad. La hipótesis anterior no desprecia la ocurrencia de casos en los que, la madre adolescente retorna al sistema escolar, imbuida de una nueva personalidad con los cambios que provee la maternidad.

Analizar la muerte, como punto final de la vida es oportunidad para comparar el fenómeno entre los adolescentes. Según los datos del INEGI, (2013), en Jalisco los decesos de hombres son siempre mayores a los de mujeres de 1990 a 2012; sin embargo, las mujeres mantienen un promedio de 68 casos por año, mientras que las muertes entre hombres disminuyeron significativamente a partir del 2003, tal como se presenta en el siguiente gráfico:

Gráfica No. 2 Defunciones en Jalisco de los adolescentes de 12 a 14 años

Fuente: Elaboración propia con datos tomados de INEGI (2013).

La muerte representa una descapitalización humana para el Estado que se agrava con la disminución de la fecundidad entre las mexicanas. Un análisis del INEGI, (2013), de las causas de muerte de las mujeres de 15 a 24 años en Jalisco arrojó que en el 2000 hubo 18 muertes relacionadas con el embarazo, parto y puerperio. Esta fuente no informa sobre la muerte en jóvenes menores de 15 años, lo que fortalece la tesis del descuido por este tema entre las autoridades y la dificultad en conceptualizar entre investigadores.

Jalisco como ejemplo de la nación mexicana es un mosaico pluricultural, en el que ser madre adolescente significa cargar con el estigma social, el rechazo de los padres y, en ocasiones, de la pareja sentimental. Si bien se tiende a la homogeneización de la identidad jalisciense, especialmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, persisten prácticas de amplia dominación religiosa (Macías Macías, 2007), donde el catolicismo como variante del cristianismo ocupa el primer lugar. Esta dominación es preponderante en el presente trabajo ya que la concepción de la virginidad y la abstención de prácticas sexuales prematrimoniales refuerzan el planteamiento de la sociedad capitalista de considerar la maternidad propia del mundo adulto.

En un intento por cuantificar los costos económicos del embarazo en adolescentes, el informe de Williamson, (2013), cita un estudio del Banco Mundial en el cual se afirma que éstos son variables entre el 1 y el 30% del PIB de diversos países; también el contexto indígena sigue siendo objeto de estudio por la desigualdad que vive respecto a los no indígenas, y es en estas comunidades donde se identifica el mayor número de madres adolescentes y de menor edad (Bonfil, 2004) y (Williamson, 2013). No obstante, en las ciudades sobresale este fenómeno en los cinturones de miseria y en las zonas marginales.

Al contabilizar los datos disponibles del INEGI en Jalisco, (2013), sobre los nacimientos de madres menores de 15 años, de 1985 a 1994 -decenio gobernado por el Partido Revolucionario Institucional- el promedio fue de 424.6 nacimientos, por 414.6 que representa los datos de 1995 a 2004 -decenio gobernado por el Partido Acción Nacional. Se da cuenta que los años 1985 y 1986 los nacimientos registrados en Jalisco fueron de 286 y 284 cifras atípicas en comparación a los 539 y 503 de 1987 y 1988, sin estos datos el promedio sería de 462, cantidad muy superior al registrado mientras gobernaba un panista.

Es importante resaltar los cambios en la vocación productiva del Estado, que dejó el campo para encaminarse a la industria, motivo que le valió el mote de El Valle del Silicio en franca alusión a las empresas manufactureras de electrónica que han optado por las periferias de Guadalajara para fincar sus instalaciones, así como la presencia de importantes instituciones académicas que generan capital humano capacitado para su demanda. Esto cobra relevancia en los estudios de antropología sexual que sostienen que "cuanto más avance tecnológico, más heterogeneidad sexual y, simultáneamente, más contradicción sexual" Nieto, (1993: 189). La contradicción sexual radica en que hay una discrepancia entre lo que se hace y lo que se dice hacer.

Los darwinistas consideran que la evolución no conoce de ética y moral (Domínguez Rodrigo, 2004), al ser éstos dos conceptos que el aparato escolar ostenta para ocultar el embarazo, aún cuando mediante cursos de educación sexual intenta que las relaciones sexuales sean "responsables", "protegidas" e "informadas", donde el objetivo claramente es evitar el embarazo en aras del éxito académico. La cultura judeo-cristiana, en general, promueve la abstinencia sexual antes del matrimonio; sus críticos, anclados en el pasado, le acusan de relegar el sexo a fines de reproducción, mientras que Nieto, (1993), considera un logro social haber roto con el tabú e incorporar el placer a las prácticas sexuales. Sin duda dos posturas antagónicas.

El trabajo citado en Domínguez Rodrígo, (2004), hecho por la ONU a lo largo del globo, concluye que: "al inicio del nuevo milenio, la mayor parte de las parejas del mundo tienen como una de sus motivaciones principales la procreación" (Domínguez Rodrígo, 2004: 45), y cuando ésta no llega, sucede la depresión, principalmente entre parejas exitosas laboralmente.

La muerte representa una descapitalización humana para el Estado que se agrava con la disminución de la fecundidad entre las mexicanas

Alizade, (1992: 160), apunta "la capacidad de espera, la paciencia, el silencio en que aparece envuelta, y su regia soledad, le otorgan un carácter casi etéreo, como si más que una persona representase un símbolo de cualidades yuxtapuestas en un ser femenino". Esto se señala cuando habla de contención sexual, en una remembranza del pasaje literario en el que Penélope espera el regreso de su esposo Odiseo, a la vez que evade la costumbre griega de obtener un nuevo marido ante la enviudez.

Las construcciones socioculturales sin duda ejercen una represión a la conducta sexual humana, que buscan, un perfil de sujeto acorde a las necesidades de la sociedad del momento. La sociedad del conocimiento que vivimos, según Castells, (1999), exhibe el mundo adolescente en franca desventaja cuando experimenta un embarazo precoz, porque si bien vivirá un mundo de información, difícilmente decodificará para llegar al conocimiento. Aludiendo a la "libertad" como premisa se considera la existencia de casos particulares, donde la estudiante prefiere y busca la maternidad como vía para alcanzar estatus, y dejar una escuela que no representa sus intereses. Claro esto en las estadísticas de la escuela representa una crítica a su eficiencia, que no reconoce.

Conclusiones [ir al índice]

Comprender el embarazo precoz entre adolescentes jaliscienses obliga un retorno al análisis de la sexualidad humana, del contexto sociocultural al momento, a la función de los aparatos represores del Estado, a la existencia de necesidades básicas entre las que figura la práctica del sexo, a la diferenciación de sexualidad y heterosexualidad. En fin, obliga un análisis subjetivo del quién, cómo y por qué se llega a la maternidad.

Los cambios políticos vividos en Jalisco, no evidencian en las estadísticas, modificaciones significativas al número de nacimientos, lo cual podría ser argumentado como muestra del control eficiente, ejercido por el gobierno "mojigato" en la disminución de las prácticas sexuales prematrimoniales, así como la reimposición de ideologías ultraconservadoras identificadas con la cultura judeo-cristiana.

La explicación del embarazo en menores de 15 años, también supone reconocer la búsqueda de autonomía propia en el adolescente. Cualquier intento se queda corto si no se profundiza en el poder determinante de sus genes y, del medio cultural que le rodea, de los cuales le viene la estructuración de sus pensamientos, el alcance o limitación de los mismos, las referencias que utiliza como motivaciones para orientar su vida, sus planes.

El avance en la construcción del pensamiento crítico, se constituye en piedra angular de la desvinculación entre la función reproductiva y la procuración placentera de las relaciones sexuales, privilegios reservados al mundo adulto a través del matrimonio. La escaza información denunciada por investigadores sobre los embarazos adolescentes, así como la poca apertura producto de la cosmovisión en los actores, impiden comprender de mejor manera este fenómeno, cuya explicación es y sigue siendo tarea pendiente para las diferentes disciplinas de las ciencias sociales.


Referencias [ir al índice]

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¿Cómo citar?
Herrera Ávila, J. M. (2014). el embarazo adolescente en Jalisco, en Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad. Año 4, núm. 6, marzo-agosto 2014.

 

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