Este artículo reflexiona sobre la apropiación de los retablos religiosos, también conocidos como exvotos pictóricos, en el contexto de los ambientes virtuales de internet. ¿Qué implicaciones tiene para el fenómeno religioso el uso de símbolos e imágenes asociadas con algunos linajes religiosos en el ciberespacio? Para ello, se delimitan las nociones de retablo y exvoto en el contexto mexicano; y, posteriormente, desde una estrategia de etnografía virtual, se analiza la apropiación de los retablos en plataformas virtuales, concluyendo con una discusión sobre el concepto de e-rejía.
El análisis de los retablos religiosos ha resaltado su carácter histórico e
iconográfico (
La primera vez que el autor de este artículo observó un retablo fue en un viaje de turismo religioso que realizó durante su infancia. Como muchos mexicanos, sus abuelos guardaban un profundo fervor y realizaban viajes frecuentes a algunos de los principales santuarios católicos del país. Durante alguno de estos periplos el autor encontró estas formas de religiosidad popular expresada en pequeños cuadros donde las personas desarrollan una breve narración acerca de un milagro o favor recibido por algún santo, virgen o directamente Dios (en alguna de sus diversas representaciones).
Por supuesto, para la mirada de un infante estos retablos representaban una novedad
que contrastaba con el ambiente sacro de los templos católicos. Mientras en el
espacio principal de las iglesias se mantenía una organización controlada por la
autoridad eclesiástica, en el salón de los cuadros milagrosos se desplegaba un
ordenamiento semiautárquico, abigarrado y profundamente colorido de historias
personales y narrativas increíbles. Casi al estilo de un cómic permanente dispuesto
para la intervención popular en un edificio de control generalmente hierocrático o,
en otras palabras, “el único ámbito espacial dentro del santuario en el que el
pueblo puede intervenir con relativa libertad pues rompe la unidad semántica sobria,
solemne y ordenada impuesta por el santuario” (
Desde entonces y en la actualidad, la narrativa del espacio de los retablos expone
una acumulación de testimonios gráficos de oraciones, súplicas y de milagros
concedidos gracias a la fe popular y a la acción religiosa. El testimonio es
particularmente importante dentro de la trama del contacto entre el creyente y la
entidad sagrada. La testificación de una gracia recibida se inscribe en un segundo
momento, posterior a la imploración de una necesidad personal o social. En tal
sentido, implica el desdoblamiento del sujeto religioso: “creo en ti y por eso te
solicito, creo en tu intervención y por eso te agradezco. Existes porque te nombro
en mi fervor”: “pues un Dios es ante todo un ser viviente con el cual el hombre debe
contar y sobre el cual puede contar” (
Los testimonios gráficos de los retablos religiosos tienen una relevancia no
solamente histórica e iconográfica, sino también sociológica. A través de ellos se
reconocen, por un lado, las necesidades públicas e individuales de una sociedad en
un momento histórico, es decir, los ruegos hacia la entidad sagrada ilustran temores
y carencias sociales -en salud, empleo, seguridad pública, etcétera- (
Esta vinculación entre la religión y el contexto sociológico a través del retablo
religioso es lo que permite delimitar su producción y circulación como parte de un
fenómeno de comunicación generalmente asociado ciertos estratos sociales como las
clases populares. Es decir, a aquellos estratos subalternos, en oposición a la
cultura y religión de las clases dominantes, con quienes comparten “los mismos
significantes legítimamente sancionados y administrados en los santuarios por los
agentes especializados de la Iglesia Católica”
Los retablos se clasifican dentro de la categoría más general de los exvotos
religiosos; por esta razón también son denominados como exvotos pictóricos (
De acuerdo con la clasificación de
Los “milagritos” que generalmente toman la forma de piezas a escala
representativas del bien recibido y elaboradas con distintos materiales:
partes del cuerpo, animales, casas, autos, etcétera ( Objetos significativos de la gracia divina, por ejemplo, un diploma
producto de un grado escolar obtenido o aparatos médicos que indican la
sanación después una enfermedad, entre otros tantos. Discursos textuales que aluden al milagro en cuestión; dentro de estos,
las cartas a mano o impresas son una referencia común. Testimonios en medios como la prensa, a los que podemos agregar las
recientes manifestaciones de milagros descritos en páginas de internet y
portales de oración. Los retablos religiosos, objeto de este trabajo.
Los exvotos no son una manifestación exclusiva de una cultura o de una sociedad. A
pesar de ello, los retablos se localizan históricamente dentro de las acciones
religiosas del catolicismo mexicano y particularmente en la zona del Occidente y del
Bajío, dentro de las entidades de San Luis Potosí, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro,
Jalisco y Michoacán
En términos temporales, los primeros indicios de los retablos en México datan del
siglo XVIII. Uno de estos antecedentes es un exvoto de agradecimiento a Nuestra
Señora de Dolores de Xaltocán (Ciudad de México) en 1781, en el cual se agradece su
intervención por la salud de un devoto después de un grave padecimiento
La investigación de los retablos religiosos probablemente no habría predicho a finales del siglo XX y principios del XXI la apropiación de esta clase de exvotos, pero en un contexto y en un sentido totalmente distinto al del templo y su sacralidad concomitante. Sin duda, los cuadros milagrosos siempre han significado una disrupción respecto de la narrativa homogénea del espacio reglamentado por el clero; sin embargo, en los vericuetos del ciberespacio y las redes sociales este tipo de manifestaciones de religiosidad han comenzado a popularizarse para expresar otras apropiaciones distintas a las de solicitud y testimonio de agradecimiento típicas del desdoblamiento de los creyentes.
La figura del retablo religioso ha regresado a los reflectores de la opinión pública en los últimos años, no solamente por su apropiación en las redes sociales y páginas de internet, sino también por su valor como patrimonio cultural y religioso. Aunado a las diversas exposiciones sobre exvotos en la república mexicana, en marzo de 2019 se difundió la información de que la Secretaría de Cultura de México había recibido alrededor de 596 exvotos por parte de la oficina de Patrimonio y Actividades Culturales de Italia. Estos cuadros fueron sustraídos de manera ilegal y representan piezas de distintas partes del territorio nacional pintados entre los siglos XVIII y XX. En palabras del antropólogo Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH):
Al recibir estas piezas, México recupera el cúmulo de testimonios iconográficos
que nos permiten, a través del tiempo, adentrarnos en la vida doméstica y
comunitaria de los pueblos de México; en sus creencias y costumbres y, con ello,
en los distintos fragmentos de su historia vital, narrada con sencillez por sus
propios protagonistas (
Los peritajes previos han determinado que los retablos repatriados son obras
“coincidentes con mexicanas, hechas como agradecimiento a favores recibidos y que
debieron estar expuestos en templos de México” (
Conjuntamente con esta efervescencia en el ámbito nacional, los retablos que nacen
sobre todo en el seno de las clases subalternas y retornan para el propio consumo
cultural popular, han demostrado una adaptación inusual en el ciberespacio y en las
redes sociales. En sitios especializados de fotografía como Flickr existe el grupo
“Los exvotos en la época de las redes sociales”,
Como caso de estudio, se ha seleccionado la página de “Exvotos, retablos y
milagritos” (ERM) que para mayo de 2019 congregaba a poco más de 35 mil
suscriptores. Este sitio inició formalmente sus publicaciones en noviembre de 2017
con un retablo de 1982 dirigido a la Virgen de Talpa (Jalisco), agradeciendo su
intersección para que un joven abandonara su adicción al alcohol. En este primera
entrada, la página recibió solamente diez reacciones en la red social; sin embargo,
para mayo de 2019, su última publicación de exvoto registró más de 1 200 reacciones,
mientras que más de 600 personas compartieron la entrada (
Más allá de las reacciones en internet que pueden pasar por la aprobación, la risa o
el enojo de los usuarios, la estrategia de etnografía virtual que se desarrolla en
este trabajo exige reconocer en un sitio o red social: la institución o el agente
que produce la información; los fines implícitos o explícitos que se plantean en el
sitio; así como la concepción y la estrategia en el proceso de comunicación entre
productores y receptores del discurso.
En este sentido, el Facebook de ERM no presenta abiertamente a un agente o administrador visible del sitio. A pesar de ello, las noticias y temas compartidos sugieren que es parte de una iniciativa individual de un usuario en la Ciudad de México, quien por lo general comparte una fotografía de un exvoto, a la vez que integra una transcripción facsimilar del texto que se enuncia en el retablo. Las publicaciones se realizan sin una regularidad específica y no hay un reconocimiento de una fuente primaria para el acceso a los cuadros religiosos originales, aunque el administrador ha compartido vínculos a la mediateca del INAH, donde se menciona:
Los exvotos están conformados por cuatro elementos principales: la narración
visual del suceso, donde aparece explícitamente el motivo de lo que se solicita,
ayuda en los problemas de salud, dinero, accidentes, catástrofes, entre otros;
la imagen de la divinidad, a la que se le pide el favor; solicitante, que puede
ser un testigo del acontecimiento o quien agradece a la divinidad por haber
realizado el milagro; el texto, donde se narran los sucesos de manera escrita, a
la vez que alude a los tres elementos anteriores. Si bien es común que el texto
aparezca, hay ocasiones en las que se omite (
En términos de los fines que plantea el sitio de ERM, es implícito que hay un proceso de selección con el objetivo de construir un sentido de farsa dentro de la narrativa de los retablos religiosos. Se entiende la farsa como una comedia teatral breve y sarcástica o, en otras palabras, una representación grotesca que despierta la risa y la sorna de los espectadores.
Una ilustración de lo anterior es el exvoto fechado en 1996 con la siguiente leyenda:
“Aurora Medina sufría tanto por un mal amor que pensó en suicidarse y cuando estaba
a punto de tirarse al presipisio sintió unas manos que la agarraban de las axilas y
de reojo vio que era la Virgen de Guadalupe la que la había jalado y ante el
asombrozo milagro desidio que no valía la forma quitarse la vida por un mal hombre y
da gracias a nuestra señora” (
Sobre esta ilustración compartida en el sitio de la red social, los usuarios comentan
con ironía: “Pués se ve qué, la virgencita la esta aventando […]”, “Chida la Mari” y
“me urge la intervención de la morenita” (
Otra estampa de la misma fuente es el siguiente cuadro de 1976, donde se agradece al
Señor de Chalma (Estado de México). El texto del retablo dice: “La otra noche estaba
teniendo pasión con mi novio y por el ruido mi mamá casi nos cacha, le agradezco al
santo señor de Chalma de que mi novio se escondió a tiempo y no lo vio, por lo que
prometo ya portarme bien” (
Sumado a la falta de regulación de la heterodoxia religiosa, el sentido de la
narrativa de los exvotos virtuales también reafirma el retorno de los símbolos
religiosos a lo mundano: en los testimonios de internet se relata a los santos y a
las vírgenes como parte de las acciones profanas y cotidianas en las que los sujetos
se autorreconocen, sean creyentes o no creyentes. En consecuencia, en esta forma de
apropiación del discurso religioso se coloca en una misma canasta tanto la
intervención
Un segundo contexto de análisis se encuentra en Twitter, otra de las redes sociales en donde se han reapropiado los exvotos pictóricos a través de tendencias como: #Retablos y #Exvotos. En este medio no existe una sola fuente de información, sino que los usuarios colaboran sin una regularidad específica con distintas ilustraciones relacionadas con el tema. En otras palabras, el agente principal es la red social y sus nodos, quienes utilizan al exvoto como una moneda de comunicación e información.
En este caso de estudio, la finalidad de la apropiación por medio de los hashtag (#) coincide con la búsqueda del sentido de ironía en las narrativas de las pinturas mencionadas, como observamos en ERM; sin embargo, también podemos reconocer un discurso de empatía y continuidad entre los comentarios de los internautas. En esta lógica, los distintos tuiteros que comparten estas ilustraciones aseveran cosas como: “Soy fan de los #Exvotos” (@Urbanomada, 06.04.19); “#Exvotos. El arte de dar las gracias” (@IsadoraAtellier, 04.12.18) y “Me gusta mucho esta época porque se llena de #exvotos y más en el museo de las culturas populares” (@EricCharme, 10.10.17).
Una manifestación adicional en las redes sociales es el empleo de la estética del exvoto
contemporáneo
En estos términos, los exvotos del ciberespacio son apropiados con la finalidad no
solamente de agradecimiento o solicitud, como otrora, sino también para intervenir
en la arena pública y acompañar las acciones del creyente con los santos, vírgenes y
dioses que el imaginario popular reconoce como parte de los símbolos del campo
religioso que han sido transmitidos de generación en generación. Por supuesto, este
tono de la apropiación religiosa no tiene el objetivo de actualizar el vínculo
trascendental del
He utilizado con antelación la palabra heréticamente para referirme a una apropiación
alternativa de los símbolos religiosos en internet. En su raíz, la herejía (y
hereje) se relaciona con el latín
De acuerdo con el planteamiento en este artículo, la e-rejía se superpone a la
propuesta institucional de la religión en línea o, incluso a la religiosidad
individual de los creyentes en internet (
Al considerar lo anterior, el resurgimiento de los retablos religiosos en el ciberespacio refleja la búsqueda de nuevos sentidos y legitimaciones alrededor de los discursos compactados anteriormente por una burocracia y una doctrina religiosa. Este planteamiento expresa la relación de nuestro objeto de análisis y el sentido del proceso general de la secularización, no bajo el supuesto de que internet contribuye irremediablemente a la pérdida de la religión, sino más bien, de que las herramientas del mundo digital colaboran en la flexibilización de un campo religioso dominado otrora por algunos monopolios religiosos.
Ante el cuestionamiento inicial sobre las implicaciones de la apropiación de símbolos e imágenes como los exvotos en el ciberespacio, en este texto se ha desarrollado una aproximación etnográfica a dos manifestaciones de los entornos virtuales: “Exvotos, retablos y milagritos” en Facebook y las tendencias de Twitter #Retablos y #Exvotos. A pesar de que uno de los sentidos frecuentes en los retablos tradicionales es el de solicitud y agradecimiento en una dinámica de comunicación entre el creyente y los personajes del universo religioso, en internet los cuadros religiosos son impregnados por otros sentidos de apropiación como la ironía, la empatía o la propuesta herética para abordar temas fuera de la regulación de las burocracias eclesiásticas.
Podemos concluir con el planteamiento de que los relieves religiosos lejos de perder la potencia simbólica como canal de comunicación entre creyentes y dioses, han ganado potencia colectiva como lenguaje para reinterpretar las experiencias y expectativas de una parte de la población con acceso al universo de internet. Esto por supuesto está limitado a la muestra observada y al universo de usuarios del artefacto tecnológico que representa internet. A pesar de ello, encontramos que en este mosaico de discursos virtuales, la secularización de los símbolos transfiere la autoridad legitimadora del cuerpo de especialistas religiosos hacia el imaginario colectivo construido por los individuos. Ellos parecen replicar la frase escrita por Nietzsche en el siglo pasado: “Yo sólo creería en un Dios que supiera bailar” (a la que se agregaría: y navegar en internet).
Carlos Nazario Mora Duro. Doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México. Actualmente es investigador postdoctoral en el Instituto Max Planck de Antropología Social en Halle, Alemania, dentro del Departamento de Conflicto e Integración. Correo-e: cmora@colmex.mx
Este sitio (
La etnografía virtual ha sido planteada por
La investigación sobre los exvotos mexicanos concuerda en que la estética de los cuadros comenzó a “decaer” a la par de su producción, sobre todo en el siglo XX. Sin embargo, es precisamente esa estética más reciente la que se ha popularizado y replicado en retablos virtuales con temáticas totalmente novedosas.
Mora Duro, C. N. (2019). Milagritos virtuales y e-rejía: apropiación de exvotos en el contexto de Internet. Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad, 9(17). http://dx.doi.org/10.32870/Pk.a9n17.442