El objetivo de este artículo es analizar la industria del entretenimiento
religioso a través de proyectos cinematográficos católicos y evangélicos. El
artículo se divide en tres partes. En la primera, nos proponemos presentar el
concepto de cultura material religiosa que complejiza la idea de cosmovisión y
las mediaciones que intervienen en la relación con los objetos. En la segunda,
el análisis se focaliza en el documental
Las espiritualidades contemporáneas no representan un efecto de los medios técnicos
de producción, o un sistema de ideas hermético, abstracto ni escindido de los
entornos sociales y sus determinaciones concretas. Tampoco corresponde recluirlas al
flujo continuo de la experiencia vivida y las formas teórico-prácticas del sentido
común. Comprender la espiritualidad
El objetivo de este artículo consiste en analizar la cultura material religiosa, católica y evangélica, con base en los registros éticos, técnicos y estéticos que desarrollan los productores de distintos proyectos cinematográficos realizados en Argentina; el primero, corresponde al documental del Papa Francisco, quien obtuvo mayor difusión y alcance después de su nombramiento; el segundo, pertenece a una película cristiana, hito en la historia del neo-pentecostalismo que narra la biografía de una estrella de rock.
Sin desconocer los estudios sobre cultura visual (
Respecto a la metodología, los casos elegidos corresponden a un corpus más amplio de bienes católicos y evangélicos (películas, libros, música), vinculados a un proyecto de investigación en curso (PICT, “Las formas sociales de la pertenencia religiosa”), codirigido por el doctor Setton. La investigación se enmarca en el campo de la sociología cualitativa a partir de entrevistas a productores culturales y el análisis de documentos investigados al respecto. Con la elección de dos tradiciones religiosas en competencia se contrastan distintas perspectivas en la generación de bienes simbólicos.
La producción, distribución y consumo operan en el trasfondo de un complejo de
industrias del entretenimiento en donde la tecnología representa una institución
(
Las materialidades no se encuentran acotadas a las mercancías, es decir, a los
productos masivos de la literatura, la música, las imágenes, la vestimenta, los
alimentos, los artículos de uso terapéutico o los elementos de santería, sino que
incluye la ecología del espacio público y sus marcas religiosas (arquitectónicas,
publicitarias, asociadas a artefactos de memoria o circuitos turísticos). También
caben en este término los bienes distantes a los esquemas netamente capitalistas
como las obras de arte, las artesanías o las reliquias y los programas informáticos
que mediatizan contenidos espirituales en la vida práctica, a la manera de las
aplicaciones cristianas para teléfonos celulares (
¿Cuáles son los rasgos dominantes de la industria del entretenimiento religioso en
Argentina? ¿Qué lugar ocupa el cine en este ámbito? En el plano nacional, la
economía cultural de las religiones encontró en la industria del libro una de las
empresas más importantes y antiguas. En estudios anteriores (
La producción y venta de libros, periódicos y folletos da lugar a una diversificación
de las compañías editoriales hacia la comercialización de otros contenidos
audiovisuales, entre los que destacan la música y las películas, las que se
completan con artículos de librería y objetos rituales u ornamentales. En la
tradición evangélica existen productoras subsidiarias de grandes templos y
fundaciones internacionales que ofrecen una plataforma de servicios vinculados a la
televisión, el
En el mundo católico y evangélico, la producción nacional de contenidos audiovisuales
pertenece a los complejos editoriales históricamente afianzados y a productoras
asociadas a grandes iglesias. En ambos casos, la oferta incluye películas
extranjeras y otras locales, a veces fabricadas en el circuito secular. Las
películas representan una rama secundaria, en desarrollo, dentro de un sistema más
amplio de bienes cuyo objetivo, por ahora, es la producción de libros y en menor
escala la música en donde destaca notablemente la alabanza, la adoración y las
dinámicas
Destacan tres puntos sobre la cultura material religiosa en la variante que
resume la industria del entretenimiento. El primero concierne a las bases
sociales del mundo económico. Los bienes culturales describen un tipo de
experiencia en la que intervienen fuertemente dos categorías rectoras de la vida
social: el orden y el juego. Retomamos un argumento previo, desarrollado teórica
y empíricamente en otros artículos (
El repertorio de comportamientos tiene mucho de juego y de la situación que suscita el juego: el sentido de la oportunidad y las posibilidades del contexto, la acción emprendedora, la experimentación, el riesgo, la ganancia, el monitoreo de los otros, la competencia directa o indirecta, la imitación, las ostentaciones, la estrategia, la espontaneidad, la emoción, el ocio y el sentimiento de fracaso o de triunfo y de pertenencia a un colectivo imaginado.
En contraste, el carácter lúdico que gobierna la producción cultural se entrelaza
con poderosos principios de orden, también reconocidos por diversos autores
(
El segundo y tercer punto se refieren al consumo y a la moda, respectivamente. Al consumo porque la cultura material no es solo el complemento, sino una de las condiciones de posibilidad de las creencias. Los actos mínimos de compra-venta describen retroactivamente los gustos espirituales, las pautas de preferencia y descarte, así como la dinámica de los cambios biográficos. Es posible recrear un campo versátil de cosas en los que se confirman, justifican, exhiben y acercan diversas visiones del mundo.
Consumir es una manera de habitar un espacio de creencias. Esto nos conduce al
tercer y último punto: el problema significativo de la moda en la religión. Las
materialidades introducen asuntos relativos a los procesos de cambio, actualidad
e innovación de los contenidos en donde intervienen tendencias contrapuestas: la
imitación de conductas ajenas y la afirmación de la individualidad. Por un lado,
el carácter uniforme, nivelado y homogéneo que supone en alguna medida
identificarse con un imaginario; pero, por el otro, la necesidad de distinguirse
y de ostentar un estilo propio (
En definitiva, la cultura material en el marco de la industria del entretenimiento expresa, pero también prefigura relaciones sociales dinámicas, generadora de órdenes y juegos, de gustos, estilos y pautas de innovación. Las películas que vamos a analizar se encuentran modeladas internamente por el dinamismo de las relaciones descritas.
Con el fin de revisar el aspecto sociológico de las películas, es necesario reconocer tres registros analíticos que problematizan los complejos culturales relacionados con la industria del entretenimiento. Es usual que las creencias relativas a aspectos sagrados tiendan a identificarse con el concepto de cosmovisión o visión del mundo para describir un sistema coherente de ideas, pero también de sentimientos y prácticas que, a la manera de un marco interpretativo, expresan criterios generales de orden sobre la definición de lo real y sus posibilidades.
Esta noción de raigambre hermenéutica posee, entre otras ventajas, la capacidad de captar la dimensión existencial de la experiencia y sus lógicas de sentido. Sin embargo, las virtudes comprensivas de este concepto pueden tornarse en obstáculos epistemológicos cuando se asumen imágenes fuertemente integradas del punto de vista del creer y sus máximas de conducta.
En consonancia con diversos estudios contemporáneos (
Es posible diferenciar entre las mediaciones de carácter ético, técnico y
estético que participan en el acto de adherir (
Las mediaciones éticas agrupan los dispositivos de sentido que trabajan en la generación de enunciados de autoridad, justificaciones, razonamientos y operaciones de confirmación que ratifican una idea de “lo verdadero”. El problema de la verdad suele estar vinculado a la experiencia sensible y a nociones morales en donde el sentido del bien y el mal, lo correcto e incorrecto, el error, la ignorancia o la iluminación, completan las validaciones ideológicas de las prácticas.
En sus funciones semánticas, la cultura material religiosa recrea bajo diferentes
formatos grandes matrices discursivas, pero también enunciados fuertes e
imaginarios (
Por su parte, en las mediaciones técnicas prevalece un registro que jerarquiza la comprensión de lo útil de las prácticas. A nivel del consumo remite a los usos del cuerpo en circunstancias rituales, como ceremonias, espectáculos o rutinas solitarias. Los gestos, las imitaciones, los procedimientos precisos y las fórmulas de interacción conforman el repertorio de disposiciones corporales y esquemas cognitivos que refuerzan la eficacia del rito, incluso sin compartir los fundamentos simbólicos de una creencia.
A nivel de la producción, este registro subraya la capacidad de coordinar esfuerzos colectivos en la generación de objetos religiosos. El desarrollo de una película supone un complejo orquestado de actividades, gestiones y saberes expertos que resumen las tareas técnicas.
Por último, las mediaciones estéticas se encuentran comprometidas con la representación de lo bello, de acuerdo con los criterios de un imaginario y su manera de percibir las creencias. Si en las actividades y registros previos los acentos recaían en los dispositivos de sentido en un caso y, en la técnica, en el otro, aquí el hincapié analítico corresponde al papel de las materialidades en toda su variedad y extensión.
El sistema de preferencias que describe el gusto por ciertos artículos espirituales y el rechazo, la indiferencia o el miedo hacia otros, la identificación con uno o más estilos del creer o las emociones que gobiernan la relación con las cosas, son algunas de las dimensiones que contempla el análisis de las mediaciones estéticas. La cultura visual que vehiculizan las imágenes constituye una actividad en sí misma enfocada a afianzar criterios de representación y percepción.
Lo verdadero, lo útil y lo bello definen registros que tienden a conjugarse sintéticamente en el diseño de proyectos audiovisuales. Veamos dos ejemplos.
“Eso es una foto trucada, le pusimos el mate.
Lo anterior comunica el concepto que se pretende transmitir: la posibilidad de captar simultáneamente la esencia y la estética de un personaje. “La esencia era Bergoglio, ¿quién es Bergoglio? Y en esta cuestión, ser muy fiel con la persona, inclusive te digo, ser muy fiel con la estética de la persona” (Miguel Rodríguez Arias, 26 de agosto de 2016, Buenos Aires). El mate comunica publicitariamente la estructura simbólica que acompaña la transición de Jorge Bergoglio a Francisco, en tanto arquetipo de espiritualidad mundana, indisociable de la elección de un nombre y su mitología.
El documental muestra la esencia de un personaje, sus rasgos distintivos, los cuales no pueden aparecer de antemano a simple vista, sino que son el producto de la investigación audiovisual, de los archivos acumulados, de las entrevistas, de las lecturas respecto a una persona y de su trayectoria. Una interpretación apresurada podría asumir que la iniciativa de este proyecto es obra de la iglesia católica, de sus editoriales, congregaciones y sus agentes de prensa, pero no.
La elección del Papa es un acontecimiento no solo religioso o político, sino comunicacional, que gravita fuertemente alrededor de las industrias del entretenimiento, sobre todo en aquellas comprometidas con la construcción de la novedad y su agenda. La prensa escrita, la televisión, las redes y las publicidades son zonas de actividad especialmente alertas al comentario recursivo de un tema nuevo.
El director del proyecto es un hombre formado en el ambiente publicitario de los años setenta y ochenta del siglo XX; trabajó para las principales compañías de publicidad hasta dirigir su propia agencia de medios. Por eso interpreta rápidamente la oportunidad de contexto que representa la elección de Bergoglio y su consagración entre las personalidades argentinas de renombre. Desde su retiro del mundo de las campañas, Miguel R. A. supo capitalizar sus estudios en psicología y en cine, así como un vasto archivo con más de 50 mil horas de televisión clasificadas al detalle, para llevar adelante dos objetivos complementarios.
El primero fue la difusión de un género periodístico novedoso de los últimos años que consiste en el anásis crítico de los medios de comunicación y las figuras públicas que aparecen en ellos, con base en un registro de archivo que los expone (no sin una cierta dosis de humor) en sus contradicciones, inconsistencias y excesos. Explota la reflexividad televisiva a través de un formato que piensa sobre sus mismos contenidos. En el segundo realizó documentales de investigación sobre personalidades destacadas de la política, de la música, del deporte y del espectáculo, así como sucesos de impacto público o grandes acontecimientos de la historia del país.
En este sentido, el documental del Papa es la continuación de una forma de pensar y narrar que combina la fuerza comunicativa, la economía de recursos y la calidad estética de la publicidad, así como el uso de archivos con secuencias del pasado y la realización de nuevas entrevistas, con el objetivo de producir una biografía capaz de amplificar, pero también dar forma a los sentimientos colectivos respecto a un evento sin precedentes en el país. “Yo quería contar una historia que se aproximara lo más posible a la realidad de Bergoglio, es decir, no hacer un documental para bajar línea. Yo hice 47 biografías, en la biografía tenés que ser fiel a lo que es el personaje” (Miguel R. A, 26 de agosto de 2016, Buenos Aires).
El estatuto de verdad del documental biográfico radica en el arte de producir la realidad y la esencia de un personaje a partir de múltiples registros, cuya compaginación específica lo aproximan a una idea de lo verdadero y de lo auténtico, en oposición a las imágenes convencionales. El valor diferencial de este género (el modo en que se jerarquiza) requiere para nuestro entrevistado de la investigación y del distanciamiento con las interpretaciones uniformes que masifica la prensa.
Entonces busqué las homilías y encontré cinco o seis con alto contenido político,
lo cual me sorprendió muchísimo porque yo tenía muy mala imagen de Bergoglio. La
imagen que daba en los medios, todos los medios lo criticaban:
Cuando vi las homilías empecé a investigar, ¿quién es este tipo? y me encontré con el verdadero Bergoglio. Cuando me enteré de que Bergoglio era un tipo comprometido con la trata de personas, que había salvado gente durante la dictadura, que era totalmente sencillo y que no tenía nada que ver con lo que es un cardenal, es decir, una persona vestida con la sotana negra, viajando en bondi (colectivo de transporte público), sin usar el auto oficial. Un hombre extraño para la jerarquía eclesiástica, ahí me interesé (Miguel R. A, 26 de agosto de 2016, Buenos Aires).
Ahora bien, ¿cómo se construye una biografía? Las condiciones que debe reunir la calidad de un producto responden, en este caso, a un conjunto calculado y sistemático (casi una fórmula) de marcas distintivas: la posibilidad de emprender una coproducción con socios italianos, sumar archivos propios con homilías y fragmentos anteriores a la entronización, realizar nuevas entrevistas (25 en total) en Argentina e Italia a periodistas especializados y autores de libros; familiares, compañeros, amigos de la primaria y la secundaria; artistas plásticos, filósofos, teólogos, intelectuales; funcionarios públicos (un legislador, un embajador, el secretario del culto), responsables del Vaticano (director del centro televisivo, la radio), sacerdotes y curas villeros, referentes del club San Lorenzo de Almagro, rabinos comprometidos con el diálogo interreligioso y frailes.
Además de lo anterior, se reunieron archivos con imágenes exclusivas del Vaticano y
se obtuvieron los subsidios públicos para estrenar la película en los cines. El
documental se estrenó a través de un programa del Estado en las villas de Buenos
Aires con la contratación de un vendedor internacional, con el fin de ofrecer el
documental a
De esta manera, el producto cinematográfico compone en su totalidad un proyecto audiovisual religiosamente marcado, diferente por sus recursos y contenidos de los documentales de urgencia a los que Miguel R. A identifica por la escasa investigación, la falta de elementos novedosos y, a veces, de una intencionalidad política explícita.
La película y su guion transcurren sin una voz en
La sorpresa del nombramiento, pero también las señales previas y
certezas que lo anticipaban entre algunas amistades, y de forma
simultánea la elección de un nombre: Francisco. Su semblanza, construida a partir de nociones recurrentes como la
simplicidad, la humildad, la coherencia del ejemplo, la preocupación
por los demás, la capacidad de escucha, la síntesis entre afectividad
y carácter, su forma de ser austera, despojada, la misma que se muestra
en su escritorio de cardenal repleto de papeles, cartas, libros más o
menos desordenados, signos materiales de sencillez y de trabajo que el
documental se esmera en describir. La denuncia religiosa de los problemas sociales identificados con la
trata de personas, las expresiones modernas de esclavitud que recrea el
trabajo infantil y los talleres clandestinos, la cultura de la coima, la
precarización de los jubilados, las homilías de un alto contenido
crítico que resumen una actitud igualmente intransigente con los
asuntos de la iglesia. Los sectores conservadores que lo resisten por sus formas
“desacralizadoras”, su procedencia latinoamericana, su condición
jesuita, la actitud anti-intelectual mientras lo señalan como el “Papa
populista”, el “Papa evita”, el “argentinito”. Los recuerdos de la infancia, el seminario y el sentido de la vocación
narrados a través de anécdotas precisas de su hermana y sus amigos de
aquella época, quienes exaltan el amor por la cultura italiana: las
películas, la ópera y el futbol. Los valores jesuitas, las analogías con Juan XXIII y la importancia
teológica e institucional del Concilio Vaticano II. La disputa por su papel durante la última dictadura militar con
testimonios de personas a las que ayudó a salir del país, reunidos en
un libro, La lista de Bergoglio de Nello Sacavo, quien participó en las
entrevistas. Su estilo, estética y modelo comunicacional basado en gestos (una
charla improvisada en pleno vuelo después de su visita a Brasil, los
usos del humor y la complicidad con las multitudes). En palabras del
director del Centro Televisivo Vaticano, Monseñor Darío Viganó: “La
gente corría a Roma para ver al papa Juan Pablo II. Venía a Roma para
escuchar al papa Benedicto y acude a Roma para abrazar a Francisco”. La convicción del diálogo interreligioso (circunscrito aquí al
judaísmo), pero también las acciones concretas, geopolíticas,
enfocadas a frenar la invasión en Siria o a criticar la políticas
migratoria de Europa con su presencia en la isla de Lampedusa.
Por último, y para reforzar la condición revolucionaria de su figura, sus acciones se vuelven contra las estructuras de la iglesia a través de la reforma financiera del Banco Vaticano (IOR) y la revisión de las posturas oficiales frente a la homosexualidad la interpelación para que la iglesia salga a la calle.
La producción biográfica, sus anécdotas e historias, recrean un concepto de
espiritualidad cercana, llena de definiciones, gestos, actitudes y guiños que
suceden fuera de los ámbitos consagrados de la enunciación. Por eso, el documental
concluye mitológicamente
El nombre es portador de un arquetipo, un propósito, un programa que condensa (bajo
la economía de signos del mensaje publicitario) el mate del afiche. Por eso,
Francisco, como imagen de la historia verdadera y reactualizada describe la voluntad
de expresar estados informulados de la espiritualidad católica a los creyentes de
su tiempo de manera simple. La publicidad es un género que entiende como pocos la
estructura del mito y su eficacia simbólica (
Lo verdadero, lo útil y lo bello son registros que modelan internamente la producción oportuna de un bien de consumo con marcas espirituales. El imperativo ético del documental, es decir, la nocioó de verdad sobre la que sostiene su proyecto obedece al intento de producir la esencia del personaje (la respuesta a la pregunta: ¿quién es Bergoglio?), en ruptura deliberada con el sentido común mediático y los usos políticos de su figura.
También existe una dimensión útil y técnica, que consiste en las oportunidades de contexto que ofrece un tema de interés para el financiamiento público y privado, para una audiencia local e internacional, para diferentes plataformas y circuitos de difusión, el aprovechamiento de archivos propios, así como redes de contacto y socios extranjeros; se trata de un conjunto disperso, pero cercano, de fuerzas sociales que convergen en un mismo producto.
Por último, la belleza radica en el desarrollo de un criterio estético que realza los atributos espirituales del protagonista a partir de un lenguaje de austeridad, de la sencillez y de la contundencia de un mensaje opuesto al barroco o al intelectualismo. Esta meta se completa con la economía narrativa de un relato que a la manera del mito cuenta la historia del héroe y el encuentro con su arquetipo.
Es diferente el caso de los modelos de espiritualidad que no provienen del mundo
publicitario y documentalista sino de las sociabilidades de la iglesia expresadas en
el antiguo género del testimonio. Por ejemplo, el derrotero que lleva a un
adolescente por el camino del evangelio hacia el heavy metal y luego de vuelta al
evangelio. “Una vez oí a alguien decir: cuando una madre ora, Dios escucha, los
ángeles se movilizan y las cosas comienzan a suceder. Esta frase vino a mi mente
cuando conocí a Pablo Olivares y me narró su historia”, asííomienza
La película reproduce una etapa en la vida del cantante de la banda metalera
No destacan el lenguaje ni la estructura del documental, sino la lógica
completamente ficcionalizada de un testimonio de conversión y la “absorción
alquímica” que este supone, en la perspectiva de Benedict
La historia del protagonista transcurre entre tres órdenes irreconciliables, pero constitutivos de la misma ontología:
Las fuerzas del bien
representadas en la figura de Carmen, la madre, a la que acompañan una
sucesión intergeneracional de modelos femeninos de rectitud,
abnegación y piedad: la hermana de Pablo, su primera novia de la
iglesia, el grupo de oración de ancianas y una
entidad sagrada que bajo la forma de una joven pelirroja pelea contra un
demonio por la salvación del músico en la escena más dramática del
relato. El pastor acompaña, aconseja, pero no moviliza las armas
espirituales con la misma intensidad que el grupo de mujeres ungidas.
También la Biblia, como libro sagrado con agencia propia, interviene a
través de versículos leídos o recitados en el momento preciso. Los deseos, las moralidades, las recompensas y los peligros del mundo. Se
identifican con el exceso de atención del padre por los negocios, el
trabajo, el dinero, la rebeldía como un valor entre las amistades del
colegio, los vicios, producto del desorden, la ambición de las
discográficas, la vanidad que suscitan los aplausos, la exaltación de
las individualidades, los programas de televisión y la violencia de un
secuestro durante una gira por Centroamérica, seguido de un pedido de
rescate; luego la pregunta vital a punta de pistola: “¿crees en Dios?” y
la sentencia del delincuente antes de liberarlo: “si me hubieras dicho
que no, ¡te mataba, desgraciado!”. El tercer orden de realidad no es del mundo ni de Dios, sino de las
acciones estrictas del enemigo, los engaños, las tentaciones, las
promesas y los resultados efímeros. Este se manifiesta a través de la
influencia oscurantista de Abel Black (personaje creado especialmente
para la película), esta figura cautiva a Pablo con sus canciones, sus
mensajes, incluso hay un diario personal que encuentra escondido en su
habitación del internado religioso, al cual había asistido también la
estrella diabólica del metal.
El cuaderno lo instruye sobre los rituales satánicos de iniciación (situados en una casa abandonada, repleta de velas y murales de carneros, mujeres sensuales, hombres-bestias) a cambio del éxito en la industria de la música. Los ritos del mal tienen sus propias materialidades, sonidos, actitudes y estéticas: Pablo maquilla su cara en sus presentaciones para el estilo del Black Metal, imposta la voz para volverla más grave y gutural, deja crecerse el pelo, se pinta las uñas de negro, usa cadenas, se tatúa los brazos y porta un anillo con el rostro de un diablo de cuernos pronunciados, además de unos brillantes ojos rojos.
La película se encarga de remarcar la conducta agresiva, irascible y autodestructiva que conllevan los valores del oscurantismo. La expresión más alta de este orden se encuentra representada por un joven demonio, de tonos graves y campera de cuero, que lucha abiertamente contra el ángel enviado a protegerlo durante la escena final.
Los tres órdenes aparecen conectados por el mismo hilo conductor: la idea de que la
música es un instrumento de poder que opera en el mundo de los hombres y en el
plano espiritual, ya sea para acercar o alejar a las personas de Dios. En realidad,
la película no se ocupa en la misma medida de todas las personas, sino
especialmente de los jóvenes adolescentes como sujetos liminares por excelencia,
susceptibles de todo tipo de influencias (
Por lo anterior, es importante que la música sirva para producir un encuentro con
Dios en donde se evidencie su capacidad para rehabilitar a las personas, no importa
lo que hayan hecho antes, o cuánto lo hayan ofendido. La fuerza del testimonio de
quebrantamiento y conversión se afirma en una última astucia de la providencia, la
cual consiste en utilizar el mismo talento que el creyente aplicaba para el mal,
pero ahora con otros fines relacionados con la exaltación de la obra celestial. La
película finaliza con Pablo Olivares, no el actor, sino el músico que inspiró la
historia; este compone otra versión, junto a su banda, del tema
¿Por qué esta película representa un hito de la industria cristiana del
entretenimiento? Se trata de una propuesta que reúne y coordina exitosamente
recursos propios del medio evangélico argentino. La historia, el elenco, los
escenarios, la banda sonora, el subsidio público, la mayor parte de la realización
y los puntos de estreno corresponden con las fuerzas sociales del contexto local
internacionalmente informado, un neo-pentecostalismo rioplatense
Aquí interviene el encuentro entre dos procesos; por un lado, el desarrollo
expansivo del grupo CanZion, la empresa del músico Marcos Witt orientada a la
generación y distribución de contenidos cristianos, y su interés creciente en
Argentina; por otro lado, el movimiento progresivo de institucionalización de las
mega-iglesias, las cuales, a medida que se consolidan, tienden a profesionalizarse
sistemáticamente en los medios audiovisuales. El proyecto cinematográfico de
El éxito de esta experiencia “nos hace entrar en un lugar más industrial, dejamos de estar en ese gueto de los chicos de iglesia” (Pablo Muñiz, 30 de octubre de 2015, Buenos Aires), son palabras de uno de los principales responsables del proyecto. De ahí la invitación a participar de otra productora de reciente aparición, enfocada ya no al diseño de bienes culturales identificados con las marcaciones evangélicas fuertes, sino comprometida con el desarrollo de “contenidos con contenido” que combatan el “nivel de contaminación” que genera el “consumo de disvalores”, en palabras de su fundador Luis Q. El objetivo, aclara, es “difundir valores en los medios masivos de comunicación con productos de entretenimiento de máxima calidad” (Luis Q. 4 de abril de 2016, Buenos Aires).
Las miniseries, las películas y los conciertos operan bajo los estándares del
mercado. Algunos se estrenan en la TV pública y capitalizan apoyos estatales a los
que se combinan, a su vez, con el respaldo internacional de redes cristianas (la CBN
En la apuesta de los productores converge el capitalismo, en el sentido de la
innovación tecnológica, la calidad del packaging, el consumo como meta, el éxito
comercial, las redes públicas e internacionales de financiamiento del empresariado
argentino, así como la ética de la vocación, el profesionalismo y, por último,
el propósito evangelístico como meta religiosa capaz de traducirse en términos
económicos en la búsqueda de nuevas audiencias, mercados y formatos.
Nosotros lo que queremos es, si hacemos un producto de calidad, que funcione
comercialmente, que le funcione al canal, que genere auspiciantes y toda la
milonga, nuestro mensaje se va a ir transmitiendo. Porque el sistema es bastante
tonto, lo que genera guita (dinero) se propaga y lo que no, no. Entonces, lo que
hay que hacer son cosas que generen plata [...]. Nosotros creemos que los
principios espirituales el problema que tienen normalmente es un problema de
Las marchas y contramarchas de la industria cristiana del entretenimiento encuentran
en el proyecto cinematográfico de
La película se preocupa por recordar al espectador que se trata de una ficcionalización de hechos reales que exhiben el poder divino para hacer y rehacer a las personas. “Lo útil” se expresa en la acumulación y aprovechamiento de fuerzas colectivas, técnicas y artísticas que reúnen a dos mundos no necesariamente congruentes: el de los empresarios cristianos y el de los ministerios de las grandes iglesias. Todo está puesto al servicio de un bien cultural con marcas locales que reubican al neo-pentecostalismo argentino en la escena ampliada del cine con una propuesta económicamente sustentable.
Por último, la idea de “lo bello” responde a la necesidad de recrear el drama social
del testimonio como proceso ritual (
La pregunta por las espiritualidades en la industria del entretenimiento nos hace pensar en asociaciones duraderas entre la religión y las distintas formas de ocio, placer y descanso; es decir, todas aquellas actividades en apariencia residuales a las que se percibe socialmente como contrapunto de las obligaciones. Las rutinas mínimas de recreación son objeto de propuestas que ficcionalizan lo sagrado, no desde un lugar solemne o milagroso, sino a partir de otros registros (a primera vista de menor intensidad ideológica), como puede ser la curiosidad, la risa o la distracción.
Entre el entretenimiento y la espiritualidad se encuentran las mediaciones múltiples de las instituciones tecnológicas. Se sugiere y habita un mundo de creencias tecnológicamente informado que propone la diferenciación dentro de una cierta unidad de estilo. Aquello que los individuos hacen cuando no hacen nada describe una zona en disputa entre diversas propuestas, que presentan a sus dioses bajo el lenguaje atractivo de la cultura visual. Esta interpela a través de la ética, la técnica y la estética resumida en distintos géneros. En los casos analizados surgen dos lógicas que nos gustaría explicitar brevemente: el mito y el testimonio.
El primer caso corresponde al largometraje
Francisco representa a un nombre cargado de simbolismos, el objetivo de la película es encontrar retroactivamente los acontecimientos, las actitudes mínimas y las posiciones que anticipan a la manera de una profecía autocumplida el destino del héroe. Asimismo, la mitología se perfecciona con los rasgos particulares de una nación, cuya idiosincrasia expresa este modelo ejemplar de espiritualidad cristiana.
Francisco es de Buenos Aires, como lo resume el título. La astucia publicitaria,
pero también interpretativa del documental radica (para replicar un formato
análogo a otros grandes emblemas nacionales) en la producción de una lectura
mitológica de la biografía en donde la esencia del personaje es la nación que lo
convirtió en arquetipo. El mito de la Argentina católica y la estructura
ideológica que naturaliza puede ser un bien de consumo, una invención
comercialmente eficaz, cuyo desarrollo, diseño y estética no parten necesaria ni
exclusivamente de las instituciones religiosas. La imaginación cultural de un
catolicismo argentino encuentra así su ficción (
El entretenimiento audiovisual (esta es la enseñanza que nos deja el segundo caso), es afín no solo a la lógica del mito, sino también a otros dispositivos semejantes como los testimonios de la conversión. Este modelo narrativo subsume fácilmente elementos de distintos géneros de la cultura popular y masiva, como la telenovela, los videoclips, la ciencia ficción y el terror, a los que reorganiza de acuerdo con la economía de un argumento cuya meta es la escenificación de un drama social de quien narra los acontecimientos extraordinarios, las caídas, las traiciones y las sanidades, que llevan a un joven a la experiencia definitiva con su creador.
La biografía de rock y religión que resume Pablo Olivares exalta la potencia espiritual de la música. El proyecto apunta a una audiencia juvenil genérica y a situaciones o contextos de dispersión. La lógica del testimonio y del sentido de veracidad que se desprende de ella habilitan dos formas poderosas de experimentación. Una comercial, porque convoca a las fuerzas productivas de empresarios cristianos de las comunicaciones y productoras de las mega-iglesias.
La otra artística, debido a que las narrativas de encuentro, más allá de la regularidad de sus estructuras, la tipicidad de las secuencias, las semejanzas de los ritos de pasaje y los momentos de iniciación, son compatibles con distintas pautas expresivas en las que se promueve el ensamble entre lenguajes diversos. El testimonio, como hecho vivido capaz de amoldarse a formatos múltiples, expresa una de las posibilidades dominantes de reinvención creativa de la industria evangélica del entretenimiento.
Las espiritualidades cristianas recrean bienes culturales de diversión, de ocio y de esparcimiento que tematizan una religión de tiempo libre cuya meta es entretener mientras transmiten metáforas cargadas de cosmovisiones y estructuras ideológicas. Los marcos interpretativos que amplifican las ficciones de lo sagrado no son una descripción suplementaria de la realidad, sino (tal y como enseña la hermenéutica) un aspecto constitutivo de ella, es decir, un medio en la producción imperfecta de mundos de sentido.
No es objetivo del artículo recomponer las acepciones académicas de la noción
de espiritualidad y su alcance epistemológico (
Se trata de una infusión hecha con hojas de yerba mate sumamente popular sobre todo en Argentina, Uruguay y Paraguay, así como en zonas de Chile, Bolivia y Brasil. Se encuentra en parte asociada al acervo cultural y la idiosincrasia rioplatense.
De acuerdo con los estudios de Mircea
La película alcanzó los 25 mil espectadores en la Argentina, fue uno de los estrenos más taquilleros de 2009, y 500 mil en México y Estados Unidos, obtuvo el premio Arpa en el rubro “Mejor DVD, cortometraje o largometraje del año” y tuvo repercusión en los grandes medios por fuera del circuito estrictamente cristiano.
Sería posible establecer los elementos mitológicos de las “narrativas
heroicas”, sus esquemas y modelos de pensamiento (
La cultura visual evangélica tiende a expandirse a través de la revalorización cinematográfica de líderes latinoamericanos, es el caso del largometraje sobre la biografía de Edir Macedo: “Nada que perder” (2018) o “Palau: la película” (2019). En un sentido análogo cabe incluir a las exitosas series bíblicas: “José de Egipto” (2013), “Moisés y los diez mandamientos” (2015) y “Josué y la tierra prometida” (2016), las tres emitidas por uno de los canales líderes de la Argentina (Telefe). Asimismo, las novelas fueron realizadas en Brasil por Record TV, cadena que pertenece al fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
Para una aproximación introductoria a los debates en torno a los estudios de “conversión” y
“pasaje” al pentecostalismo sudamericano ver
Algranti, J. (2019). Sociología del cine religioso. Análisis de la industria del entretenimiento católico y evangélico en Argentina. Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad, 9(17). http://dx.doi.org/10.32870/Pk.a9n17.441
Algranti, J. (2019). Sociología del cine religioso. Análisis de la industria del entretenimiento católico y evangélico en Argentina. Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad, 9(17). http://dx.doi.org/10.32870/Pk.a9n17.441