PAAKAT: Revista de Tecnología y Sociedad
Logo paakat

Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad
ISSN: 2007-3607
Universidad de Guadalajara
Sistema de Universidad Virtual
México
suv.paakat@redudg.udg.mx

 

Año 6, número 10, marzo-agosto 2016

 

 

Elementos y desafíos para crear, desarrollar y mantener una revista electrónica.
Los casos: Argos y Sincronía

 

 

Javier Ponce
Madai Peña* 

División de Estudios Históricos y Humanos, Universidad de Guadalajara
México

 

 

[Recibido: 01/10/2015; aceptado para su publicación: 8/01/2016]

 

 

Resumen

Hoy en día el empleo de internet como herramienta para los investigadores y escritores literarios es tan común que cuesta trabajo imaginar las dificultades que sortearon las revistas literarias para su aceptación por parte del público lector. Ahora que hay planes de que todas las revistas impresas tengan una versión electrónica paralela y que de algunas desaparezca la analógica, en el presente artículo se exponen las ventajas y desventajas de las revistas electrónicas, situación que se ejemplifica con los casos específicos de las revistas Argos y Sincronía.

Palabras clave: Publicaciones digitales, Literatura, Edición, Internet, Revistas electrónicas, Investigación.


Elements and challenges to create, develop and maintain an electronic journal.
The cases: Argos and Sincronía


Abstract

Nowdays, being the internet a common tool for researchers and writers, is hard to imagine the difficulties literary journals had overcome for the readers acceptance. Today, there is a plan for all printed journals to have one electronic version, and some would even disappear the analogical one. In the present article, electronic journals advantages and desadvantages, would be exposed and exemplified with Argos and Sincronía magazine cases.

Key Words: Digital publications, Literature, Publishing, Internet, Electronic magazines, Research.

 

Introducción

A partir de la revolución tecnológica de finales del siglo pasado, principalmente de la que se dio en la década de los ochenta, se han modificado las diversas formas de comunicación entre los seres humanos. El desarrollo de internet hizo posible que gran parte de la población tuviera a la mano una amplia gama de datos, los cuales iban desde el acceso remoto a bibliotecas (telnet, hipertexto); el poder comunicarse con otras personas de cualquier otro país en tiempo real (chat), hasta una gran cantidad de textos publicitarios. Si bien, en un principio, el objetivo del desarrollo de la red fue de tipo militar, con el paso de los años los dominios comerciales tomaron gran relevancia. Con un porcentaje mucho menor, los sitios de carácter cultural también han tenido una presencia fuerte dentro de la web.

Existe gran variedad de revistas electrónicas; muchas de ellas tienen contenido de carácter frívolo, otras cumplen la finalidad de servir como entretenimiento o fuente de información referencial. En el presente artículo solo nos interesa tratar de aquellas publicaciones que muestren una propuesta seria y contribuyan al desarrollo tanto académico como cultural. Así, nos enfocaremos a comentar algunos de los aspectos que se relacionen con las revistas electrónicas desde el punto de vista editorial. Trataremos, en particular, el caso de dos publicaciones de las que de alguna forma hemos sido partícipes: Argos1 y Sincronía2.

En la primera parte del artículo hablaremos acerca de las diferencias entre las revistas electrónicas e impresas, así como los problemas comunes, sus ventajas y sus desventajas. Posteriormente, se abordará el caso de la revista Argos, cuyo fundador y director, durante sus cinco años de existencia, fue Javier Ponce. Para finalizar, daremos cuenta de algunos de los problemas que se han afrontado en la revista Sincronía. Cabe hacer la aclaración de que se dedica mayor extensión para la revista Argos porque resultó ser un reto más complejo respecto a Sincronía, como se verá más adelante.

 

Revistas electrónicas e impresas

Así como hay similitudes en los problemas que aquejan tanto a las revistas electrónicas alternativas como a las que se editan en papel, también se dan diferencias provocadas por la especificidad de cada uno de los medios. En este breve texto no trataremos de agotar el tema; simplemente plantearemos algunas cuestiones que nos parecen significativas.

Acerca de la proliferación de las revistas electrónicas, escribe Luis Miguel Madrid, director de la revista de cultura Babab3.

Hay buenas revistas en Internet, aunque todavía resultan escasas y, lógicamente, carecen de solera. Es un mundo nuevo y surgen y desaparecen a diario publicaciones de todo tipo y de variadas calidades. Como sucede con el mundo de la revista impresa, el paso de los números va marcando las diferencias y los meses hacen su particular selección. Mientras tanto, diversos motivos económicos y sociales han perfilado un panorama de revistas culturales realmente escaso, sobre todo si se advierten dos factores: la importancia que Internet está adquiriendo en la difusión cultural y el potencial expansivo de la cultura hispánica en el mundo (Urrero, 2001: 44).

Comenzaremos con las similitudes. Toda revista alternativa o marginal tiene que pasar por una serie de ritos iniciáticos o pruebas para alcanzar la madurez y el reconocimiento de una comunidad literaria, ya sea local o internacional. Uno de los problemas más importantes que aquejan a las publicaciones es el gran entusiasmo inicial de sus integrantes antes de echar a andar el proyecto y su posterior insuficiencia o falta de ánimo ante la responsabilidad que implica todo medio de divulgación serio.

Una revista que arranca con diez o más personas, al cabo de poco tiempo termina siendo sostenida por solo dos o tres de sus integrantes, lo cual redunda en una carga descomunal de trabajo y, por supuesto, una gran frustración. El que se siente más responsable de la revista termina siendo el director, editor, corrector, diseñador, diagramador, difusor y hasta el impresor en algunas ocasiones. La labor se complica aún más porque no es fácil dedicarse de tiempo completo a esta encomiable tarea. Es indispensable comer y para ello es necesario dedicarse a otras actividades poco relacionadas con nuestro hobby que nos permitan subsistir y, además, obtener el dinero necesario para el financiamiento. Conocemos muchos casos de revistas, tanto impresas como electrónicas, que enfrentaron este problema y en ocasiones solo publicaron el número uno o, en situaciones de un poco de mayor resistencia, alcanzaron a llegar hasta el cinco.

Otra dificultad importante es el financiamiento. Aunque las revistas electrónicas requieren menos inversión, de cualquier manera se ven afectadas seriamente por este factor. En ocasiones resulta difícil conseguir el patrocinio de anunciantes y la cantidad de ejemplares vendidos, en el caso de las impresas, es insuficiente para permitir la supervivencia por mucho tiempo. Es necesario esperar el fortalecimiento del proyecto y para eso se requieren varios años en una situación que no todos están dispuestos a soportar. Por supuesto, son muy pocas las revistas autofinanciables que han subsistido por largos períodos. Trabajamos con la literatura porque amamos las letras; principalmente, las producidas por nuestro grupo. También lo hacemos por masoquismo, por rebeldía o porque simplemente no sabemos hacer otra cosa y así nos sentimos menos infelices. Por supuesto, el ego de ser el Editor (con mayúscula inicial) o pertenecer a alguna de ellas también ayuda a mantenerlas vivas por un buen tiempo.

Desde el punto de vista del mercado, todos nosotros laboramos con un arte muy devaluado y tal vez el menos cotizado en el mercado. Las editoriales alternativas nos enfrentamos ante la idea de que la literatura es un elemento tan bello que no tiene ningún valor comercial y, además, nosotros mismos tenemos miedo de lucrar con ella.

Para dejar más clara esta idea, pongamos como ejemplo la relación que se da entre el producto realizado por escritores y pintores. Un artista plástico con un nivel de calidad aceptable cotiza mejor cualquiera de sus cuadros de lo que un excelente poeta podría hacerlo con alguno de sus libros. Por supuesto, el poeta empleó mucho más tiempo y esfuerzo creativo en la elaboración de todo el poemario que el pintor en la realización de una obra. No tratamos de menospreciar el esfuerzo de muchos pintores; por el contrario, admiramos a muchos de ellos. Es un trabajo tan serio como cualquier otro, incluyendo el del escritor o editor.

Es importante que se incremente el valor de las letras en la sociedad, comenzando nosotros mismos al reconocer el trabajo y esfuerzo de nuestros compañeros. Tampoco se trata, como algunos pudieran pensar, de prostituir las letras y caer en la producción de revistas de mala calidad que sean aceptadas por un público poco educado. Es necesario promover un cambio entre la gente que no gusta de la literatura y dotar a este arte del valor que se merece dentro de la sociedad.

La ignorancia es otro factor que afecta el buen desarrollo de los dos tipos de revista. Como lo comentamos en líneas anteriores, los pocos responsables tienen que ocuparse de todo en el proceso que va desde conseguir las colaboraciones hasta la difusión del número ya concluido. A esto agregamos el desconocimiento de las formas para el buen desarrollo de una publicación. En el camino se cometen con frecuencia serios errores en todos los aspectos: mala tipografía, portadas de revistas de baja calidad y pésimo gusto, imágenes poco claras, textos que son publicados por amiguismo, por ser del grupo o por conveniencia; conflictos con los colaboradores, mala o pésima difusión, pugnas gratuitas entre capillas, etcétera. Por supuesto, esto resulta fatal para muchas revistas.

Ahora comentaremos algunas de las diferencias entre las dos formas de difundir la literatura. Una de las más grandes desventajas de las revistas electrónicas era el miedo que muchos de los escritores y lectores tenían al medio. Cuando se comenzó el trabajo de las revistas electrónicas Argos y Sincronía, era mucho más difícil conseguir colaboradores de la localidad que quisieran publicar, pues cualquier tipo de página en internet gozaba en ese entonces de un gran prejuicio, ya que se pensaba que lo que estaba en la red no era serio debido a la abundancia de páginas comerciales y otras realizadas por gente poco profesional.

Para muchos no importaba que la revista contara con un consejo editorial formado por profesores, investigadores y creadores de diversas partes del mundo. Tampoco era trascendente que la mayoría de ellos tuvieran el grado de maestro o de doctor, ni que en ellas se publicaran textos de escritores con reconocimiento local, nacional e internacional. En varias ocasiones funcionarios de la Universidad de Guadalajara rechazaron constancias de publicación en la revista, argumentando que si no se podía palpar, no tenía existencia ni valor alguno. Esta idea desapareció con el paso del tiempo y, en cambio, se incrementó el número de publicaciones de esta índole.

En el campus de las ciencias sociales y humanidades, después de un corto período, finalmente se reconoció el esfuerzo de los integrantes de la revista y a sus colaboradores. Ahora prácticamente nadie duda de la importancia de publicar en internet; ya se han dado cuenta de que existen muchas ventajas, además de los bajos costos, que son propias del hiperespacio. De hecho, ahora hay planes de que todas las revistas impresas tengan una versión electrónica paralela y que de algunas desaparezca la analógica.

Lo que más ha sorprendido a los colaboradores es la posibilidad de interactuar con los lectores, con otros escritores y con los editores. Se pueden establecer diálogos entre dos personas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia a través del correo electrónico. Un e-mail tarda pocos segundos en ir de un extremo a otro del mundo con un mensaje de felicitación, una réplica o una crítica al texto publicado.

Otra de las ventajas de las revistas electrónicas es la gran cantidad de visitantes a los que se puede dar cabida. Si pensamos en la cantidad de dinero que sería necesario invertir para imprimir ese mismo número de ejemplares, nos damos cuenta perfectamente del ahorro que se puede obtener. Por supuesto, una parte de la revista electrónica termina convertida en papel, ya que la mayoría de los lectores imprimen solo los textos extensos que les interesa leer en su totalidad. En caso contrario, se corre el riego de terminar llorando ante el monitor y no precisamente porque se esté leyendo una novela trágica.

Aprender a elaborar una revista de diseño sencillo en lenguaje html no resulta nada complicado con algunos programas que simplifican al máximo la creación de páginas web. Si se tienen conocimientos básicos de cualquier procesador de textos como Word y de Windows, en una semana se puede diseñar una página con imágenes, texto y enlaces a otros sitios.

Asimismo, obtener hospedaje en un sitio está al alcance de cualquiera. Solo se necesita soportar un poco de publicidad para obtener acceso a la permanencia de la página en internet. Existen programas gratuitos para la creación y la transferencia de archivos al host en el que se establecerá la publicación electrónica. Si hablamos de la infraestructura imprescindible, solo es necesario tener acceso a una computadora no muy obsoleta con internet. Si se desea, los costos pueden subir, pero esto no necesariamente resultará en textos con mayor calidad.

A esto habría que agregar las nuevas posibilidades que proporcionan el hipertexto o superposición de textos a la literatura. Es decir, la capacidad que tienen las computadoras de mostrar en un mismo sitio imágenes en movimiento, música, voces, colores y texto.

Para finalizar este apartado, comentaremos que nos parece poco probable que en los años cercanos la lectura digital reemplace tanto a las revistas como a los libros, pero sí podemos darnos cuenta de que poco a poco se irán haciendo a un lado, en las sociedades primermundistas, los métodos tradicionales de difusión de conocimiento. También es necesario recordar que vivimos en un mundo de pobres en el que en su gran mayoría la población no tiene acceso, no digamos a las computadoras, sino incluso a la lectura misma. Por lo que nos parece poco probable que se realice este sueño utópico en el que ahora creemos estar inmersos.

 

Argos. Revista electrónica de literatura

Actualmente, como ya lo habíamos anotado antes, una gran cantidad de los espacios de internet están dedicados a la mercadotecnia y, en contraparte, los temas culturales representan un número minúsculo dentro de esta estadística. La revista electrónica Argos nació de la necesidad de llenar estos espacios vacíos. Fue la segunda en su tipo en América Latina y con ella se explotó una de las mayores posibilidades de difusión de los textos literarios. Toda revista tiene diversas funciones. Una de las más importantes es dar a conocer qué es lo que se está produciendo en el área que ella se ocupa. Así, desde los primeros números se trató de difundir una literatura viva, actual; la que se estaba produciendo en el momento. Durante los cinco años de su existencia se publicaron textos tanto de jóvenes autores casi desconocidos como de escritores ya consolidados y con un prestigio internacional. No queremos ser pretenciosos con los resultados de la revista, pero creemos en el trabajo que realizamos y pensamos que tal vez será una referencia que se estudiará cuando se hable del desarrollo de la literatura frente a los nuevos medios de difusión.

Argos cumplió con una de las labores más importantes que tienen las universidades: la difusión de la cultura. En ella se publicaron más de 300 textos entre poesía, narrativa, teatro, ensayo, reseñas, traducciones, pintura, dibujo y fotografía. Aún en 2005, a tres años de que dejó de editarse la revista, se recibían un promedio de 65 visitas diarias. Lo cual implicaría para una publicación de papel un tiraje de 5,850 ejemplares de manera trimestral. A través de todos estos años cumplió la misión de difundir a muchos autores, todos vivos, que de otra manera implicaría un gran esfuerzo económico.

En 1996 nadie en América Latina creía en la seriedad del nuevo medio de comunicación. Eran realmente pocos los que pensaban que una revista de literatura en internet podría tener la calidad de una impresa. Para la mayoría de la gente era necesario tener el papel en sus manos y poder sentir que la revista existía de manera concreta. De esto tenía gran parte la culpa el desarrollo de la World Wide Web (parte gráfica de la red), ya que con la capacidad y la sencillez que representó el hipertexto, cualquier usuario con un poco de conocimientos de computación podía colocar su página personal en internet sin necesidad de saber absolutamente nada de programación. De tal manera, proliferaron los sitios personales en los que muchos escritores noveles y aficionados vieron en el medio una forma fácil de dar a conocer sus creaciones. La red se plagó de muchos lugares de poca calidad literaria, escritores aficionados que ponían sus poemas favoritos sin ningún orden y sin respetar algún criterio formal.

En la maraña de páginas comerciales y otras culturales de mala calidad surge el problema de hacer una revista seria para internet; es decir, había la necesidad de crear un consejo editorial que supervisara y aprobara los textos que serían publicados y que estos reflejaran el nivel deseado de la revista. Es decir, toda colaboración debería de tener un nivel de calidad en el que se demostrara dominar el oficio dentro de la escritura. También se pretendía difundir a los jóvenes que tuvieran aptitudes para la escritura.

La revista electrónica Argos surgió como una inquietud de un grupo de profesores e investigadores, principalmente, del Departamento de Letras de la Universidad de Guadalajara, estado de Jalisco, México. La principal intención era difundir obras de carácter literario realizadas por escritores de habla hispana. Se trataba de dar a conocer autores con reconocimiento en el mundo de las letras y, al lado de ellos, a jóvenes valores que tuvieran buen nivel de escritura.

El proyecto comienza a gestarse, de manera aproximada, en mayo de 1996. Tuvimos acceso a internet en una biblioteca del campus y, de tal manera, comenzamos a pensar en las posibilidades que presentaba el nuevo medio de comunicación para divulgar la literatura en nuestro idioma. Una de las ventajas de internet, si se tiene computadora y conexión, es su bajo costo, ya que no es importante la extensión del material; a este respecto una o cien cuartillas dan lo mismo. De esta manera, se decidió crear una revista electrónica a la que llamamos Argos; nombre adecuado para aquellos argonautas que desearan navegar en el nuevo hiperespacio.

El primer número de Argos fue realizado en una computadora de la biblioteca del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, y apareció en diciembre de 1996, con textos de autores locales. De manera espontánea recibimos algunas colaboraciones de diversos países de habla hispana. El consejo editorial se enfocó a leerlas y se continuó conformando el número hasta quedar concluido en febrero de 1997, mes en el que decidimos fechar nuestro primer número. En un principio se estructuró en tres secciones, Poesía, Narrativa y Teatro; además se incluyeron pinturas de Marielena de la Paz para ilustrar cada una de ellas.

Los primeros números continuaron siendo elaborados en la vieja computadora de la biblioteca. Uno de los funcionarios en turno decidió comenzar a cobrar no solo a los estudiantes, sino también a los profesores e investigadores por el uso de las máquinas. Intentamos explicar el trabajo que estábamos realizando pero, por desgracia, no les importó. Así que tuvimos que recurrir a otro funcionario, al cual nunca le vimos la cara, para solicitar una computadora donde elaborar Argos. Finalmente, la secretaria accedió a prestarnos una máquina y los argonautas continuaron su viaje, hasta que el cambio de funcionarios, que se hace cada tres años, dio al traste con nuestra labor. Los obstáculos fueron muchos. Incluso presentamos la revista como propuesta para que fuera auspiciada por el campus de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, pero nunca hubo respuesta. Las vicisitudes fueron muchas y largas de enumerar; la constante en ellas fue la absurda burocracia.

Hasta el número 10, a principios de 1999, logramos llevar una conexión de internet al área de investigación del Departamento de Letras, lugar donde trabajamos. El apoyo directo del maestro Pedro Méndez, Secretario de la División de Estudios Históricos y Humanos fue vital. Usamos la computadora, la impresora y el escáner facilitados por el doctor Fernando Carlos Vevia Romero, Maestro Emérito y en aquel año investigador titular de dicho departamento. Otros elementos materiales fueron financiados con dinero de los bolsillos de los integrantes de la revista. En cuanto al trabajo intelectual, lo realizamos en nuestro tiempo libre, leyendo y aprendiendo con el paso de los números. Aunque los integrantes formamos parte de una institución especializada en docencia, investigación y difusión (el Departamento de Letras de la Universidad de Guadalajara), por un tiempo nos vimos obligados a manejarnos de manera independiente.

Al principio solo había las tres secciones ya mencionadas y un pintor que ilustraba las portadas. La propuesta principal de Argos era difundir en el mundo a los escritores contemporáneos de habla hispana radicados en cualquier parte del orbe; desde países como México, España o Argentina, hasta aquellos trasterrados en Estados Unidos, Alemania o Francia. Se trataba, además, de incluir ligas o enlaces a direcciones relevantes del área de la literatura de creación para facilitar al internauta la búsqueda de su objetivo, dejando a un lado las páginas personales intrascendentes para nuestro concepto de lo que debe ser la literatura contemporánea. Asimismo, se excluyeron las ligas a sitios con obras claramente escritas por epígonos de diversas tendencias.

Enseguida decidimos agregar una sección más: ensayo, en la cual tratamos de conciliar las dos posturas más comunes al respecto. Por un lado la lírica, en la que el lenguaje lo dice todo y el texto es más creativo y literario. Por el otro, insertamos aquellos ensayos de carácter analítico que usando algún método de análisis contemporáneo (semiótico, sociocrítico, entre otros) se acercan a la comprensión del texto literario. Posteriormente incluimos traducciones al español de poetas de lengua inglesa nacidos en nuestro siglo (de Inglaterra, Estados Unidos e Irlanda), proyectando trabajar en otros idiomas como el francés y el japonés.

En el ámbito de la plástica que ilustraba nuestras portadas, se decidió que no solo colaboraran pintores; se acordó extenderse a otras áreas como la fotografía digital, el dibujo, el grabado y, en un futuro, la escultura. Así, el internauta que llegue a visitar las páginas de Argos 4 encontrará en ellas una cuidadosa selección de textos aprobados por los miembros del consejo editorial. Todos los poemas, cuentos, ensayos y obras de teatro que llegaron a través de internet o de escritores locales y que fueron publicados en la revista, reúnen una serie de requisitos mínimos, como la buena redacción, la escritura de nuestro tiempo, los temas actuales y de interés, la coherencia y la inteligencia; todo esto aunado a la muy subjetiva sensibilidad que cada uno de los integrantes del consejo encontramos en ellos.

Los integrantes de la revista Argos nos reuníamos con cierta frecuencia, cuando menos una vez cada quince días. Los objetivos de las reuniones eran diversos; entre ellos, evaluar los números anteriores, preparar los que estaban por salir y plantear nuevas posibilidades para la revista a partir de la especificidad del medio de comunicación en el que trabajamos, internet.

Para la selección de los textos, se trataba de equilibrar un poco los conocimientos y las preferencias de los miembros de Argos. Por ejemplo, en el número 20 5, el consejo editorial estuvo conformado por los maestros Marina Ruano y Juan Manuel Sánchez, especialistas en narrativa; el doctor Efraín Franco, en teatro; los maestros Luis Medina, Jorge Souza y un servidor, el maestro Javier Ponce, en poesía; los doctores Laurent Aubague, Guadalupe Sánchez, Carlos Vevia, Carlos von Son y el maestro Concepción Martín, en ensayo. Así, aunque cada uno de los integrantes de la revista tratamos de evaluar todos los trabajos que se publicarían, cada quien tiene mayor peso en alguna de las diferentes secciones.

Además de funcionar como consejo editorial, algunos teníamos otras funciones propias del quehacer editorial: escritura en la computadora, corrección de textos, edición, diseño, difusión, etcétera. Tratábamos de dividir las diferentes labores de acuerdo con la disposición y el tiempo libre de los compañeros. También contábamos con el apoyo de algunos estudiantes de la Licenciatura en Letras, quienes nos ayudan en el proceso de corrección y edición.

Recibíamos textos de tres maneras diferentes:

1. Aceptábamos textos de los escritores que, navegando por internet, de manera espontánea, encontraron la revista, les agradó y nos enviaron sus escritos.

2. Contábamos con un número de colaboradores, quienes nos enviaban textos inéditos sin que les solicitásemos un tema específico.

3. En ocasiones solicitábamos al cuerpo de colaboradores textos alrededor de cierto asunto.

Una vez que se encontraban en nuestras manos, nos dábamos a la tarea de organizar, distribuir y calificar para su posible publicación. Regularmente tuvimos bastante material de donde escoger, lo cual nos ayudó a estructurar, cuando menos de manera aceptable, los números. Si no contábamos con suficientes textos de calidad en alguna de las secciones, reducíamos la cantidad de artículos o, simplemente, no las publicábamos. En ese momento, estábamos conscientes de que no es la manera ideal de sacar una revista y de que, con más tiempo y personal, podríamos realizarla con mayor calidad, pero tratamos de esforzarnos al máximo para publicar Argos.

Siempre es conveniente tener más de un sitio de hospedaje para evitar problemas de acceso a los usuarios cuando el servidor se encuentre en mantenimiento, se caiga o desaparezca por alguna razón ajena a los editores. Con el fin de cubrir esto, la revista en cuestión llegó a tener un sitio alternativo de consulta durante un período de aproximadamente dos años. El sitio que nos albergaba tenía como nombre Arte latino,6 el cual era gratuito y permitía libre acceso a los posibles lectores. De manera lamentable, dejó de operar y no se pudo continuar con esa opción debido a que cualquier otro sitio de su tipo nos hubiera cobrado una cantidad de dinero que la universidad difícilmente nos proporcionaría.

Desde la aparición de Argos se publicaron 20 números de manera constante e ininterrumpida. En sus secciones colaboraron tanto destacados escritores de renombre nacional e internacional, como jóvenes valores que comenzaban su labor dentro del mundo de las letras. En poesía publicaron autores como los destacados mexicanos Ricardo Yáñez, Raúl Bañuelos, Herminio Martínez, Raúl Caballero, Luis Medina, Jorge Fernández Granados; los brasileños Nélida Piñón, Antônio Torres, Luiz Ruffato, Floriano Martins; los argentinos César Bandin Ron y Roberto Malatesta, etcétera.

En narrativa contamos con la participación de las mexicanas María de Jesús Barrera; del argentino Fernando Sorrentino, los colombianos Antonio Bou y Triunfo Arciniegas, entre otros. En teatro se editaron obras de los mexicanos Gabriel Bárcenas, Vivian Blumenthal y Efraín Franco; el argentino Héctor Levy-Daniel; el venezolano Juan Manuel Martins, etcétera. En ensayo aparecieron textos de los mexicanos Jaime del Palacio y Blanca Estela Ruiz; el español Fernando Carlos Vevia; la yugoslava Harriet Quint.

Todos los escritores citados cuentan con una obra sólida y varios libros publicados en editoriales como Seix Barral, Fondo de Cultura Económica, Plaza & Janés, u otras casas menos conocidas a nivel internacional, pero representativas en sus respectivos países. Muchos de nuestros escritores han recibido premios nacionales e internacionales (como el Casa de las Américas) y aparecen en antologías literarias. Lo anterior es solo para enfatizar a algunos de nuestros destacados colaboradores. Asimismo, publicamos textos de jóvenes con talento que, pensamos, tienen mucho futuro hablando en términos literarios.

A través de los diversos números de las páginas de Argos se publicaron traducciones de expertos, de poetas y narradores de nacionalidad alemana, inglesa, norteamericana, irlandesa, francesa y brasileña. En cuanto a plástica, se presentaron variedad de artistas de la región, del país, de Latinoamérica y de Europa. Cada número era dedicado a algún pintor, fotógrafo o artista digital. En varias ocasiones se realizaron imágenes especialmente para publicarse en nuestra revista.

Además, contamos con un directorio en el que los participantes, académicamente, presentaban un grado mínimo de pasante de maestría, en su mayoría eran maestros o doctores en Letras. Lo anterior nos daba la seriedad que se requiere para una publicación de este tipo.

Aunque editábamos cada tres meses la revista, el hecho de que no tuviésemos que pensar en la publicación en papel nos daba la posibilidad de publicar una gran cantidad de textos de calidad en poesía y narrativa, obras de teatro completas y ensayos extensos, que de otra manera sería muy difícil publicar. Eso sí, el trabajo de edición es el mismo que el de cualquier publicación de papel. La impresión del último número, el 20, dio como resultado alrededor de 300 cuartillas.

A pesar de que la revista electrónica Argos se encontraba en su mejor momento, dejó de publicarse en enero de 2002, debido a la falta de apoyo por parte de los funcionarios de la institución que la auspiciaba. Las condiciones de trabajo se fueron haciendo cada vez más difíciles y se decidió que la mejor manera de acabar con esta situación era cesar su edición para poder dedicarnos a otras áreas de la academia que requerían de nuestra atención.


Sincronía. Revista de Filosofía y Letras

Otra revista electrónica en la que uno de los que aquí escriben, Javier Ponce, tuvo la oportunidad de participar y de la que actualmente es codirector, junto con Raúl E. Rodríguez Monsiváis, es Sincronía, que desde un principio fue apoyada por el Departamento de Letras, de la Universidad de Guadalajara.

Sincronía es una de las publicaciones más antiguas en su género de la web en América Latina. Fue lanzada en el invierno de 1996, casi de manera simultánea a Argos, por el profesor Stephen W. Gilbert7, quien desde ese entonces laboraba en el Departamento de Letras de dicha universidad. La finalidad de la revista ha sido la difusión de textos académicos producidos por profesores e investigadores de las diferentes universidades del orbe. Así, durante todos estos años se han publicado numerosos artículos en diferentes lenguas: inglés, francés, portugués y, por supuesto, español. Uno de sus objetivos fundamentales ha sido el desarrollo de la academia en el área de las ciencias sociales y humanidades.

Al principio fue conformada por un grupo de profesores, principalmente del Departamento de Letras de la Universidad de Guadalajara, entre ellos el mismo Stephen W. Gilbert y las profesoras Dolores Pérez y Claudia Macías. Después se fueron incorporando otros investigadores de varias universidades del mundo. Durante el tiempo que fue dirigida por Gilbert, la revista se editaba con una periodicidad trimestral. Cada cambio de estación salía a la luz un nuevo número de Sincronía. Desde su inicio se contó con el registro internacional de publicaciones8, lo que la hace más atractiva para los posibles colaboradores. A esto habría que agregar que fue indexada en Latindex9 y Genamics10, dos sitios de bastante prestigio académico para la búsqueda de revistas electrónicas. Para aparecer en el listado de ambos sitios es necesario cumplir una serie de requisitos formales, lo cual habla de la seriedad de la revista11.

El maestro Stephen Gilbert, tras 16 años de arduo trabajo, decidió dejar la dirección de la revista porque ya estaba un poco cansado de hacerlo y de esa manera se pasó el relevo al doctor en Filosofía Cuauhtémoc Mayorga Madrigal12 y al maestro en Letras Javier Ponce. A partir de 2012 se consideró que era más pertinente producir una edición de manera semestral puesto que no había tiempo suficiente de parte de los directores para dedicarse a la revista, debido a que la docencia y la investigación ocupaban la mayor parte de su tiempo.

En esta nueva época, un cambio relativamente importante es el formato. Se nos asignó una persona del Departamento de Filosofía, quien ya tenía experiencia en el lenguaje propio para la creación de páginas web y nos apoyó con un diseño que nos pareció refrescante y más profesional, ad hoc para una revista del área de humanidades. Los artículos ahora se publicarían en formato pdf, y ya no en formato html, para un manejo más amable de los textos por parte de los lectores y también con el objetivo de facilitar la impresión y la forma de citar los trabajos.

Ahora la publicación quedó en manos de los departamentos tanto de Filosofía como de Letras, de la Universidad de Guadalajara, y se ha tratado de orientar con una oferta temática más especializada en estas dos áreas del conocimiento; aunque, también hay que decirlo, se siguieron aceptando colaboraciones de áreas afines como la lingüística, la sociología, la pedagogía y la antropología, entre otras.

El consejo editorial13 de la revista actualmente está conformado por destacados investigadores de diferentes universidades del país y del mundo; por ejemplo, de la Universidad de Guadalajara, México; de la Universidad Autónoma Metropolitana, DF, México; de University of Pittsburgh, USA; de University of Washington, USA; de University of Salford, UK; de la Universidad de París 1, La Sorbona, Francia.

En cuanto al método que actualmente empleamos para seleccionar los artículos a publicar, se reciben regularmente por correo electrónico y, de manera posterior, se envían a dos miembros del comité de dictaminación, siguiendo el método de “doble ciego”; es decir, cada uno de ellos lee y evalúa la pertinencia de la publicación del artículo sin saber quién es el autor, llenando un formato que determina las características para que se considere o no publicable. En caso de que se encuentre disparidad entre las dos evaluaciones, el consejo editorial tomará la resolución definitiva.

Aunque Sincronía es una revista que cumple, en el invierno de 2014, 18 años en internet y es bastante conocida en el ambiente académico, siempre es bueno hacer difusión a través de otros medios. De tal manera, se decidió crear una página en Facebook14 en la que se promocionaran los artículos y eventos relacionados. Hasta el momento se han publicado, de manera ininterrumpida, 66 números y al parecer la revista goza de cabal salud, por lo que creemos que seguirá editándose por un buen tiempo más.

 

Conclusiones

Como pudimos ver, existen muchos factores que tienen que ser tomados en cuenta desde la perspectiva del editor para la publicación de una revista, ya sea impresa o digital. Son varios los obstáculos a los que se enfrentan las personas interesadas en la difusión de la cultura, como la oposición por parte de los mismos académicos; el interés de los integrantes que con el tiempo se apaga; la falta de recursos económicos y materiales; el poco interés de algunos funcionarios encargados de promover las diferentes áreas del saber humano, entre otros. A pesar de todos estos inconvenientes, cada día hay un auge mayor en revistas de tipo cultural y, ya sea en papel o en internet, ha aumentado el número de publicaciones.

La parte gráfica del internet (www) permitió el acceso de muchas personas a un mundo de información del cual tenía que aprender a discernir qué era lo que realmente le interesaba de la mucha basura que se producía en este medio. Afortunadamente, con la aparición de los buscadores las personas pudieron tener acceso a los sitios que deseaban, dejando de lado lo que se consideraba innecesario o superficial.

Las nuevas tecnologías nos permitieron hacer que las publicaciones electrónicas resultaran en muchos aspectos más funcionales que las de papel, tanto para el editor como para el colaborador y el lector. Los problemas que tienen en común seguirán ocurriendo por vivir en un mundo en el que la mercadotecnia prevalece ante el interés humano. Sinceramente, no creemos que la revista electrónica sustituya por completo a la de papel, pero sí vemos un futuro donde las dos coexistirán y ambas versiones se complementarán para difundir contenidos que harán de este mundo un lugar mejor para vivir.

 

Referencias

Calle Guerra, A. M. (mayo de 2000) “El hipertexto: Reivindicación de la lectura y la escritura en el medio electrónico, a un nivel más virtual que físico”. Revista de Ciencias Humanas. http://www.utp.edu.co/%7Echumanas/revistas/revistas/rev21/calle.htm.

Landow, G. P. (1995) Hipertexto. La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología. Barcelona: Paidós.

------  (comp.) (1997) Teoría del hipertexto. Barcelona: Paidós.

Pablos Coello, J. M. de (2001) “Revista telemática, conexión global”. La Red es nuestra (113-132). Barcelona: Paidós.

Urrero Peña, G. (2001) La ruta de las letras iberoamericanas. Cuadernos hispanoamericanos, 40-49.

 

*Javier Ponce. Es maestro en Lengua y Literatura Mexicana por la Universidad de Guadalajara. Es profesor e investigador del Departamento de Letras de dicha universidad. Ha publicado en diversos suplementos culturales y revistas de Jalisco y de la ciudad de México, como Armario, Uno más Uno y Tierra Adentro. Colaboró, al lado del poeta Elías Nandino, en la creación de la Antología de la poesía mexicana del siglo XX (inédita aún). Es director de la revista electrónica Sincronía.
 Amor Madai Peña Ramos.
Estudió la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Es técnico en Administración por el CBTis Núm. 10. Ha publicado en la revista Sincronía. Ha asistido a foros, congresos y coloquios relacionados con su área de estudio. Ha participado a talleres de narrativa en su localidad.


1 http://argos.cucsh.udg.mx/index.htm.
2 http://sincronia.cucsh.udg.mx/.
3 http://www.babab.com.
4 La revista no se edita desde 2002 y aún puede se puede acceder a ella y consultar en el sitio ya mencionado.
5 http://argos.cucsh.udg.mx/20nov-ene02/20index.html.
6 La dirección alternativa de la revista en Arte Latino era http://www.artelatino.com/argos.index.htm.
7 Profesor- investigador del Departamento de Letras, de la Universidad de Guadalajara.
8 ISSN 1562-384X.
9 “Latindex es un sistema de información sobre las revistas de investigación científica, técnico-profesionales y de divulgación científica y cultural que se editan en los países de América Latina, el Caribe, España y Portugal. La idea de la creación de Latindex surgió en 1995 en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) y se convirtió en una red de cooperación regional a partir de 1997”. http://www.latindex.unam.mx/latindex/queesLatindex.html.
10 “Genamics JournalSeek is the largest completely categorized database of freely available journal information available on the internet. The database presently contains 102139 titles. Journal information includes the description (aims and scope), journal abbreviation, journal homepage, link, subject category and issn. Searching this information allows the rapid identification of potential journals to publish your research in, as well as allow you to find new journals of interest to your field”. http:journalseek.net/.
11 Para Latindex, por ejemplo, pueden consultarse las características editoriales necesarias en http://www.latindex.unam.mx/documentos/revistas_elec.html.
12 Profesor e investigador del Departamento de Filosofía de la Universidad de Guadalajara.
13 http://sincronia.cucsh.udg.mx/directorio.html.
14 https://www.facebook.com/RevistaSincronia.

 





PAAKAT: Revista de Tecnología y Sociedad, año 14, número 26, marzo - agosto de 2024, es una publicación electrónica semestral editada por la Universidad de Guadalajara, a través de la Coordinación de Recursos Informativos del Sistema de Universidad Virtual. Av. La Paz 2453, Col. Arcos Sur, CP 44140, Guadalajara, Jalisco, México. Tels. 33 32 68 88 88 y 33 31 34 22 22, ext. 18775. Dirección electrónica: http://www.udgvirtual.udg.mx/paakat/index.php/paakat. Correo electrónico: paakat@udgvirtual.udg.mx. Editor responsable: Dr. Lázaro Marcos Chávez Aceves. Número de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo del Título de la versión electrónica: 04-2011-111117155600-203, e-ISSN: 2007-3607, otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Sistema de Universidad Virtual, José Antonio Amaro López. Fecha de la última modificación: 29 de febrero de 2024.

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.

 

 

 

 

 

 



Esta obra está bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.