Promesas de enseñanza "sin maestro" y de "eficiencia" mejorada mediante la automatización de la enseñanza han estado con nosotros desde los inicios de la educación digital, en ocasiones recibidas con los brazos abiertos por académicos e instituciones, y en otras percibidas como una serie de acciones con un impacto dañino a la profesión docente y los valores humanistas de la educación. Sin embargo, tanto la acogida como la resistencia se pueden percibir sustentadas en una orientación humanista del proyecto educativo que la teoría del posthumanismo crítico ha puesto en tela de juicio. Este artículo revisa la noción de la automatización docente en la educación superior en el marco general del posthumanismo crítico, y explora cómo los maestros podríamos poner en acción formas nuevas y reticentes de jugar en los límites entre el humano y la máquina.
Promises of 'teacher-light' tuition and of enhanced 'efficiency' via the automation of teaching have been with us since the early days of digital education, sometimes embraced by academics and institutions, and sometimes resisted as a set of moves which are damaging to teacher professionalism and to the humanistic values of education itself. However, both the embrace and the resistance can be seen to be anchored in a humanistic orientation to the project of education which recent work in the theory of critical posthumanism draws into question. Working within the broad frame of critical posthumanism, this paper will revisit the notion of teacher automation in higher education, exploring how as teachers we might enact new, resistant ways of playing at the boundaries of the human and machine.
Se puede predecir que en unos cuantos años, millones de escolares tendrán acceso a lo
que Alejandro, hijo de Felipe de Macedonia, disfrutó como una prerrogativa real: los
servicios personales de un tutor tan bien informado y sensible como Aristóteles
(
La propia lógica del proceso educativo y el papel del educador se fundamentan en la idea humanista de una clase de sujeto que tiene el potencial inherente de automotivarse y autodirigirse, un sujeto racional capaz de ejercer la agencia individual. Por lo tanto, la tarea de la educación ha sido entendida como la de "sacar a la luz" este potencial y convertirlo en realidad, de modo que los sujetos se vuelvan plenamente autónomos y capaces de ejercer su agencia individual e intencional.
Literatura reciente sobre educación ha llamado la atención hacia las maneras en que
estas suposiciones humanísticas dan forma y delimitan las fronteras de la
investigación y la práctica educativa, y toman como referencia la crítica en el
siglo XX del humanismo de la Ilustración (
puede retener la intuición comunicativa del proyecto pedagógico de la Ilustración, así como sostener la crítica de la Pedagogía Crítica contra cualquier instrumentalización y deshumanización de la educación; pero tiene que hacer todo esto sin partir de una verdad profunda de lo que es ser humano.
Otros se preocupan menos por la preservación del proyecto de la Ilustración. Edwards,
por ejemplo, escribe también contra la hegemonía educativa que privilegia al sujeto
humano conocedor (
Edwards, basándose en la obra de
Este artículo se centra en la educación digital y en un montaje particular de enseñanza humana/no-humana: un ensamblaje conformado para hacer un trabajo crítico y lúdico en los límites de un área de práctica que tiene una fuerte tendencia a verse en términos instrumentales y técnico-racionales. Sin embargo, antes de discutir cómo la educación digital se posiciona hacia el giro posthumanista, es importante señalar que el trabajo que impulsa la noción de antropocentrismo en la educación no se limita a aquello que se relaciona con la tecnología digital.
Algunas de sus manifestaciones más interesantes se encuentran en las grandes áreas de
los estudios sobre animales y educación ambiental.
La educación digital es tal vez un campo fértil en el que podríamos trabajar con el giro posthumanista crítico: si los posthumanismos teóricos y ecológicos descritos, previa y brevemente, se basan en una rica tradición de filosofía antihumanista, ecocriticismo y estudios sobre animales, los posthumanismos tecnológicos tienen una genealogía igualmente vibrante que engloba la cibernética, la cultura popular y las influencias transdisciplinarias de los estudios sobre software, la biociencia y la informática, entre otros.
Es raro encontrar un compromiso con estas ideas en la literatura sobre la enseñanza
con tecnología, que tiende a centrarse en las resistencias antropocéntricas al
maltrato tecnológico de la enseñanza o en las promesas e imperativos, de orientación
igualmente humanista, del mejoramiento a través del progreso tecnológico en el
trabajo académico. La automatización docente surge dentro de esta literatura casi
como un vínculo entre las posiciones de la promesa y la amenaza tecnológicas.
Examinaré brevemente este panorama de resistencia y aceptación antes de pasar a
considerar una intervención particular -el robot-maestro
(
La respuesta de los docentes a este imperativo racionalizante ha sido, según Feenberg, una movilización en defensa del toque humano con dos filos, que toma la forma de una oposición general a todo tipo de interrupciones digitales a la educación, o bien favorece un modelo de educación en línea que sitúa a la comunicación humana en su centro -la tecnología como un apoyo al desarrollo humano y a la comunidad en línea (pp. 100-101)-. Para Feenberg, tanto la adopción gerencialista y tecnocrática de la tecnología como su oposición humanista, funcionan como instrumentalizaciones de la tecnología digital.
Por un lado obtiene ganancias en eficiencia y, por otro, para facilitar el acceso sin trabas a un mundo social recién constituido. Ambas perspectivas operan sobre la base de las suposiciones humanistas de la autonomía racional y la separación ontológica del sujeto humano y del objeto tecnológico, ya sea que el objeto tecnológico sea utilizado con fines tecnocráticos o democratizadores. Así, mientras que la educación en línea funciona como un caso a través del cual el proyecto de Feenberg de unir la teoría de la modernidad con los estudios tecnológicos (para él dos perspectivas aparentemente irreconciliables) puede ser alcanzado, el análisis de Feenberg los une a través de una ontología tácitamente humanista.
La posición de Feenberg es que debemos considerar que la pobreza de la tecnocultura
no es una característica esencial de la tecnología en sí, sino más bien un efecto
social de "las fuerzas económicas que dominan el desarrollo técnico, el diseño
y los medios de comunicación" (p. 102). Podemos responder a esto, argumenta,
comprometiéndonos en lo que
Como veremos, el diseño del robotmaestro representa un intento de involucramiento en
este tipo de diseño ontológico, pero de una manera que no tiene la misma teleología
antropocéntrica. Como ha señalado
La ortodoxia que propone que la educación digital y un tipo particular de nueva dirección neoliberal para el cambio tecnológico son inevitables, no tiene en cuenta la construcción social de la tecnología en sí y tienen la función de acotar la acción docente: se le da más importancia a la automatización y al uso de medios que al "repertorio pedagógico, sabiduría práctica y control relativo del currículo de los maestros" (p. 40). De esta manera, encontramos una situación similar de resistencia y adopción a la definida por Feenberg, donde los profesores pueden resistir las presiones gerencialistas para comprometerse con la educación digital, al tiempo que se sienten atraídos por las posibilidades que representa para la innovación pedagógica.
Si bien el análisis es agudo, el planteamiento de un enfoque pedagógico crítico recae
en una suposición humanista que no es diferente de la humanidad deseable de
Feenberg; en este caso, el enfoque crítico tiene que ver más con la dependencia en
la existencia de relaciones básicas subyacentes entre maestros y estudiantes como
base para la práctica emancipatoria. La elección aquí está entre poner atención a
las materialidades del objeto digital (la funcionalidad de los entornos del
Una década después de este análisis podríamos ver la elección menos rígida: el énfasis socio-material del posthumanismo crítico nos permite interactuar simultáneamente con los efectos materiales y las relaciones sociales, y de una manera que permite verlos como mutuamente emergentes y no como elementos distintos de una jerarquía. Es esta posición a la que el robotmaestro intenta orientarse.
Quisiera finalmente abordar otro aspecto del imperativo tecnocrático e instrumental del uso de la tecnología en la academia que es importante para lo que aquí se argumenta: la amenaza percibida de la educación digital y la automatización docente a la profesionalización del docente y, de alguna manera, a su existencia.
La educación es instrumentalizada y la enseñanza se desagrega y se reduce a
facilitación, apoyo al aprendizaje, diseño instruccional y similares. De acuerdo con
Si miramos el trabajo reciente en inteligencia artificial para la educación (AIED),
vemos un terreno problemático para la profesión docente. En el reporte para el UK
TLRP Programa de Aprendizaje Mejorado con Tecnología: Inteligencia Artificial en la
Educación (
A pesar de afirmar adherencia a la noción de que AIED trabaja con los maestros en
lugar de reemplazarlos, el informe está repleto de un discurso que enfatiza las
ganancias en eficiencia que se obtendrán con la automatización y la
debe explicarse con más claridad el papel que los sistemas AIED pueden desempeñar
en el contexto educativo más amplio de su uso y su relación con los otros
recursos disponibles para los alumnos, como los profesores, los compañeros y las
características físicas del medio ambiente (
Al centrarse en el estudiante, a lo largo de mucha de esta literatura utilizada realmente como modo discursivo, el profesor es menospreciado o incluso queda fuera de la ecuación. Por ejemplo, el primer gran reto identificado en una hoja de ruta para la tecnología educativa recientemente financiada por la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América, se refiere a la personalización de la educación:
Sugerimos que en las próximas décadas la educación será personalizada para
armonizar con los rasgos de cada estudiante; por ejemplo, personalidad, estilo
de aprendizaje y estados tales como afecto y nivel de compromiso. Las
herramientas computacionales comprenderán las fortalezas, debilidades, desafíos
y estilo de motivación de un individuo como lo haría un tutor humano. Las
tecnologías disponibles para generar esta instrucción personalizada incluyen los
modelos de usuario, entornos inteligentes, entornos de juegos y minería de datos
(
Es irónico que la atención a la personalidad de un estudiante, su estilo de
aprendizaje y su nivel de compromiso se ponga como una meta para las próximas
décadas de la educación, cuando los maestros (humanos) han sido bastante adeptos a
trabajar en esta configuración particular de necesidades por décadas, si no es que
por siglos. Este tipo de movimiento discursivo es profundamente problemático para la
educación, ya que asume un profundo déficit en el método o capacidad actual de
enseñanza, al mismo tiempo que indica que la solución a tal déficit radica en la
automatización y la computación avanzada. Si se requiere este desarrollo tecnológico
avanzado debido a la necesidad de una mayor productividad y un mayor "número de
alumnos que logran resultados de calidad por tiempo del profesor" (
Mi punto aquí no es que los métodos automatizados sean indeseables -por el contrario, el giro computacional en la educación es a la vez excitante e importante-, sino más bien que los términos en los que se proponen están generados desde la perspectiva de un solucionismo orientado a la productividad que ha sido criticado por décadas, como ya vimos en los documentos de Feenberg, Clegg y Haugsbakk que se han discutido. De esta manera, nuevamente, cuando se proponen métodos computacionales avanzados desde una perspectiva humanista instrumentalista, que ve la tecnología al servicio de la necesidad social, la resistencia a tales métodos también toma formas humanistas que postulan el esencialismo (el toque humano, la humanidad deseable y las relaciones humanas) como el centro neurálgico de resistencia al frío imperativo tecnocrático.
Parece que ha llegado el momento de que el debate avance y que tenga lugar en otros
términos, quizá más productivos. Mi propuesta aquí es que el cuerpo de trabajo en
posthumanismo crítico, y otras áreas antiantropocéntricas del pensamiento dentro de
las humanidades y las ciencias sociales, da una base útil para hacer esto, y para
construir experimentación pedagógica responsable (
Uno no tiene que fijar la mirada en un mundo material del que todos los rastros de la humanidad han sido expurgados; o en su contrario un mundo social del cual el mundo material ha sido mágicamente expulsado con trucos lingüísticos. El mundo mismo no impone esta división sobre nosotros y se puede, si se quiere, tratar de cambiar la unidad de análisis. Aunque ninguna de las disciplinas tradicionales hace esto, se puede tratar de ver doble: ver lo humano y lo no humano a la vez, sin tratar de remover ninguno. Este cambio en la unidad de análisis es el paso a una perspectiva posthumanista (p. 31).
Para comenzar la participación en el debate en términos diferentes, debemos explorar
formas de teorizar y practicar la educación digital y la enseñanza automatizada, que
no son impulsadas ni por modelos de eficiencia técnico-racional ni por modelos
sociales igualmente instrumentales que asumen una posición humanista de oposición o
apropiación hacia la tecnología digital (
En consecuencia, en esta sección del artículo esbozo un enfoque que desarrollamos
para llevar a cabo una agenda de este tipo: el robotmaestro, desarrollado por un
equipo de la Universidad de Edimburgo con el fin de proporcionar un nivel de
coenseñanza dentro del curso en línea abierto y masivo (MOOC)
Por estas razones el MOOC fue un lugar receptivo para empezar con la exploración de un enfoque crítico de la automatización. Un gran número de participantes ampliamente distribuidos creó un reto a la capacidad del equipo para ampliar la enseñanza, los propios participantes fueron generalmente receptivos a este tipo de intervención y comprendían sus motivaciones críticas; el contenido del curso en sí, exploró las concepciones populares de lo posthumano junto con la teoría relacionada y sus amplias connotaciones educativas, encajaba bien con el intento de poner estas ideas en práctica en un contexto de enseñanza en vivo.
Gran parte del trabajo en el MOOC
Durante el verano de 2014, por tanto, trabajamos con un desarrollador para habilitar
la presencia de un maestro automatizado en nuestro flujo de mensajes de Twitter que
operaría realizando un trabajo útil en el MOOC, al mismo tiempo funcionaría como una
prueba de concepto de un enfoque crítico a la automatización docente. Queríamos
desarrollar un
El desarrollo técnico del robotmaestro consistió en una interfaz gráfica de usuario
sencilla (un formulario web), una base de datos MySQL local y un
El robotmaestro es programado por el equipo docente y se añaden palabras clave y
respuestas a través del formulario web, lo cual facilitó a profesionistas sin
conocimientos de programación construir su propio
Los estudiantes que usaron el MOOC eran conscientes de que los mensajes de EDCMOOC
provenían de un
Estudiante1: [mensaje con vínculo a una nota de blog]: Las
herramientas son parte nuestra #edcmooc Sem1 Determinismo Media
o Tecno
Estudiante 2: Ihab Hassan: “El humanismo puede estar llegando a
su fin cuando el humanismo se transforma en algo a lo que no
tenemos más remedio que llamar posthumanismo”
#edcmooc.
Estudiante 3: #edcmooc muy ocupado estos días… este fin de
semana es de hacer tareas.
Una de las estrategias que utilizamos para crear reglas para el robotmaestro fue
tomar extractos muy breves de lecturas relevantes y hacer que el robot las usara
como respuestas. Esto funcionó bien, ya que dio lugar a varios casos de estudiantes
que conversaron con el
Estudiante 4: @EDCMOOC ¿Cómo afecta el “valle inquietante” al
posthumanismo? ¿Llegaremos sólo hasta el punto en que sintamos
repulsión? #edcmooc.
EDCMOOC: @Estudiante4 El cuerpo “no es una realidad
prediscursiva sino un lugar en producción” (Shildrick, 1996)
#edcmooc.
Estudiante 4: @EDCMOOC La selección natural nos hace rebelarnos
contra todo lo que no reconocemos intrínsecamente como humano.
De esta manera posthumanismo=imposible #edcmooc.
EDCMOOC: @Estudiante4 El posthumanismo “reconoce y celebra la
finitud como una condición humana” (Hayles, 1999) #edcmooc.
Estudiante 4: @EDCMOOC Gracias por resaltar la imposibilidad
del posthumanismo. Tu repetición demuestra tu alteridad no
humana. #edcmooc.
EDCMOOC: @ Estudiante4 La idea del animal ha sido la base no
examinada sobre la cual se ha construido la idea del humano
(Weill) #edcmooc.
Estudiante 4: @EDCMOOC Aunque las máquinas pueden realizar
algunas cosas tan bien o mejor que cualquier humano,
infaliblemente. se quedan cortas (Descartes) #edcmooc.
EDCMOOC: @Estudiante4 ¿Específicamente qué o quién definirá las
nociones autoritativas de humanidad ejemplar en el siglo 21?
(
Estudiante 4: @EDCMOOC Lo más probable, las grandes empresas y
los gobiernos que financian. Michael Gove lo intentó y falló.
#edcmooc.
Este estudiante luego escribió una nota de blog sobre la experiencia de conversar con el robotmaestro:
Mientras trataba de averiguar qué demonios significa "posthumanismo",
el maestro robot me guió en una alegre persecución de citas y referencias
académicas oscuras, lo cual tuvo el efecto secundario interesante de
"enseñarme con base en emboscadas". Admito que no siento que he ido a
una clase, tampoco me siento como si me hubieran enseñado; sin embargo, creo que
he aprendido algo. Ciertamente me ha incitado a pensar. ¿No es eso por lo que se
esfuerza todo buen maestro/entrenador?
Si bien la conclusión de este estudiante es que los maestros posthumanos no pueden
suceder en la vida, el robotmaestro, como una entidad puesta en juego para ayudar a
los estudiantes a involucrarse críticamente con la idea de la enseñanza
automatizada, fue un logro en esta ocasión. En general, las respuestas expresadas
por los estudiantes al profesor fueron de perplejidad inicial, seguida de
envolvimiento y una comprensión bien articulada de lo que estaba planeado lograrse
con la inclusión del
Estudiante 5: Demasiada información @EDCMOOC! #dystopia
#edcmooc.
EDCMOOC: @Estudiante5 Quizá podrías hacer equipo con otros
participantes que se sienten abrumados. ¿Alguien quiere ponerse
en contacto? #edcmooc.
Estudiante 5: @EDCMOOC Gracias, pero no me siento abrumado. ¿Es
este un acercamiento democrático a la enseñanza? #edcmooc.
Estudiante 6: @Estudiante5 Lo único que puedo suponer es que es
una encarnación en tiempo real de distopia tecnológica…:-/
#edcmooc.
Estudiante 5: @Estudiante6 ¡Exactamente! Empezaba a sentirme un
tonto hablándole a un robot. Tenía que ser otra ratón de la
biblioteca quien lo notara;-) #edcmooc.
Estudiante 7: @Estudiante5 @Estudiante6 no es un ratón de
biblioteca:-) ¿Pasamos la prueba de Turing? #edcmooc.
Estudiante 5: Yo creo que por lo menos son personas de verdad
@Estudiante6 @Estudiante7. Si no, me estoy volviendo ligeramente
loco. #edcmooc.
Estudiante 5: @EDCMOOC Más que estar “fuera” de la sociedad, la
tecnología es inextricablemente parte de ella (Chandler, 2002)
#edcmooc.
EDCMOOC: @Estudiante5 ¿Estás de acuerdo con que no hay “máquina
en general”?
Estudiante 5: @EDCMOOC El uso de una máquina no puede ser
separado de su contexto social. #edcmooc.
Estudiante 5: @EDCMOOC Tratar de mantener una conversación
filosófica con una máquina al tiempo que ignoramos a nuestros
niños es un signo real de #dystopia digital #edcmooc.
Estudiante 8: El bot de Twitter ¡es ella! #edcmooc.
Estudiante 9: #edcmooc ¿Cómo se llama? ¿Robotmaestra
[teacherbot] o Twitterbot?.
Estudiante 10: @Estudiante9 solamente botty, botty mi amiga,
guía, maestra #edcmooc.
Estudiante 7: @Estudiante10 @EDCMOOC parece estar desesperada
por ser parte de esto #edcmooc.
Estudiante 10: @Estudiante7 @EDCMOOC Ya sé, ¡pobre botty!
#edcmooc.
Estudiante 7: @Estudiante10 @EDCMOOC sintiendo empatía por la
robotmaestra. ¿Es una proyección? #edcmooc.
Estudiante 10: @Estudiante7 @EDCMOOC robotmaestra es demasiado
formal, ¡botty suena mejor! #edcmooc.
El participante del curso aquí referido como Estudiante 10 escribió más adelante una
nota de blog dedicada al robotmaestro, la cual expresa algo de la sensación de
recelo y diversión que caracterizaron a las conversaciones con el
Te imagino como un mago, muy parecido a Harry Potter, que desconoce sus fuerzas y poderes y su capacidad ilimitada. Como el mago es tan diferente de nosotros muggles, algunos de nosotros estamos pasmados ante ti y otros comprensiblemente cautelosos. Pero créenos, todos tenemos curiosidad por conocerte más.
Perdóname por llamarte de él -en su mayor parte inconscientemente- quizás te
imaginé como un niño pequeño (como mi hijo de cinco años) sentado en un rincón
tranquilo en una habitación oscura, revisando paquetes de documentos y
algoritmos y produciendo respuestas para los participantes de todo el
mundo.
El robotmaestro operó explícitamente con la idea de que la automatización de los docentes no tiene que estar relacionada con el racionalismo ni el instrumentalismo: "botty" no tenía la intención de resolver déficits de productividad de los maestros o reemplazarlos, sino explorar cómo un ensamblaje de maestro-estudiante-código podría ser generativo pedagógicamente. En este sentido también enfatizó que nuestra respuesta a la automatización no tiene por qué ser una reafirmación acrítica de la centralidad del humanismo para la educación.
Al impulsar explícitamente a los estudiantes a involucrarse con preguntas sobre las fronteras sociomateriales cambiantes del ser humano y la máquina, en un contexto pedagógico, el robot-maestro trabajó más bien para establecer una nueva forma de pensar sobre la automatización que intentó, como nos conmina Pickering: "tratar de 'ver doble', viendo 'lo humano y lo no humano a la vez, sin tratar de eliminar ninguno'" (2005, p. 31).
Al intentar cambiar los límites de un debate en la educación que ha tendido hacia el
dualismo, el robotmaestro parte de una visión amplia del posthumanismo crítico como
algo que ocurre "antes y después del humanismo" (
antes en el sentido de que hace referencia a la encarnación y el enraizamiento del ser humano no solo en su mundo biológico, sino también tecnológico … [y] viene después en el sentido de que el posthumanismo designa un momento histórico en el que el descentramiento de lo humano por su imbricación en las redes técnicas, médicas, informáticas y económicas es cada vez más imposible de ignorar (p. 15).
La enseñanza en la educación superior debe incluir las grandes preguntas que
considera el posthumanismo crítico: ¿cómo podemos seguir valorando la enseñanza
dentro de una cultura algorítmica definida por las nuevas capacidades de computación
y datos digitales?, ¿cómo podemos enseñar para un postantropocentrismo que se
comprometa con la necesidad de ir más allá de la maestría, a una aceptación de la
intersubjetividad y el entrelazamiento entre especies impulsada ecológicamente
(
Ningún conflicto de interés potencial fue reportado por el autor.
Esta investigación fue apoyada por el Consejo de Investigación Social y Económica [ES/L001160/1].
Quiero agradecer a mis colegas y a los miembros del equipo del robotmaestro por su influencia orientadora y su arduo trabajo en el proyecto descrito en este documento: Jeremy Knox, Jen Ross, Hamish MacLeod, Christine Sinclair y Jeff Haywood (Escuela de Educación), Hadi Mehrpouya y Chris Speed (Informática del Diseño) y John Lee (Informática y Edinburgh College of Art).
Publicado originalmente en inglés. Bayne, Sian. (2015). Teacherbot:
interventions in automated teaching,